sábado, 21 de diciembre de 2013

Betis 0 - Almería 1 (17ª jornada de Liga de Primera División)

BETIS (0): Sara; Chica (Nono, m. 73), Paulão, Jordi, Dídac; Vadillo, Matilla, Lolo Reyes (Salva Sevilla, m. 73), Juan Carlos; Jorge Molina y Rubén Castro.
ALMERÍA (1): Esteban; Nélson (Rafita, m. 57), Trujillo, Torsiglieri, Dubarbier; Azeez, Verza, Tébar; Aleix Vidal, Óscar Díaz (Suso, , m. 83) y Barbosa (Soriano, m. 65).
Gol: 0-1, m. 4: Azeez.
Árbitro: Martínez Munuera (Colegio Valenciano). Mostró tarjeta amarilla a Barbosa y Nélson.
26.000 espectadores en el Villamarín. Terreno de juego algo seco pero en buen estado.

El aceptable –en todo menos, claro está, el resultado– partido jugado hoy por el Betis ante el Almería ha traído, junto a cierta mejora en el juego, la triste constatación de que este equipo no es capaz de ganar siquiera a un tal Almería, ni aun en casa y jugando al 110% de motivación.

Primera parte
Por fin Garrido planteó algunas novedades en el juego del equipo, acertadas casi todas desde nuestro punto de vista. Así, por fin prescindió de Verdú y metió arriba dos delanteros, algo más atrasado en ataque Molina que Castro, aunque mantuvo los dos extremos, en un claro 4-4-2. Vadillo y Juan Carlos iniciaron el partido a pierna natural, algo lógico porque por fin había rematadores suficientes en el área. Se corría el riesgo de que el equipo se partiera en dos, pero la mucha motivación con que se planteaba el partido podría compensar con despliegue físico, sobre todo de los extremos, este defecto, y en efecto así fue.
Enfrente el Almería proponía un 4-3-3 en el que, por dentro, Tébar era el hombre de cierre y Azeez y Verza los interiores. Una vez más el rival bético se ponía por delante muy pronto, en una contra tras la pérdida de un balón sencillo por Juan Carlos. A partir de ahí el Betis se vio obligado a apretar arriba y consiguió, aunque con bastante desgaste físico, ganar aplastantemente la posesión al Almería. Con el balón en su poder los béticos metían mucha gente por delante de la pelota, con los riesgos correspondientes pero con cierta fluidez en corto y buena movilidad: incluso se vio a los extremos hacer movimientos horizontales e intercambios espontáneos de posición. Por dentro Reyes y Matilla (interior derecho) se escalonaban bien. Además la presencia de dos delanteros (y la blandura de los centrales almerienses, muy flojitos por alto) permitía llegar también por vía directa. El Betis atacaba mucho, y por casi todos los sectores: Juan Carlos desbordaba mucho a Nélson y centraba (esto con más o menos acierto), Vadillo pisaba el área, y a balón parado la defensa almeriense no era contundente. Pese a todo, ante mucho defensa en el área siempre, los béticos no resolvieron ninguna de las muchas situaciones de gol creadas, e incluso el Almería pudo aprovechar los riesgos tomados, en alguna jugada aislada pero muy clara. 

Segunda parte
El empuje físico del Betis cede, la presión se atrasa y la posesión se iguala. Las ocasiones siguen llegando, aunque ya en arreones aislados, y los visitantes tiran alguna contra muy peligrosa. Garrido se ve obligado a meter a Juanfran por Vadillo tras lesión de este. A falta de veinte minutos trata de meter más madera: además de sustituir a Reyes por Nono en el mediocentro, deja al exmadridista toda la banda derecha y mete a Salva, más mediapunta que interior derecho. Resulta una especie de 4-2-2-2 sin extremo diestro. Tras unos minutos de buen empuje, las caídas de Castro a la zona izquierda terminan de atascar esa banda y dejan abandonada la derecha; luego el equipo se rompe definitivamente, el campo se le hace muy largo y los balones largos apenas son efectivos. 

Jugador por jugador
Sara: Sigue sin dar buenas sensaciones, aunque salvó un par de unos contra uno muy complicados y no tuvo resposabilidad en el gol.
Chica: Muy en su línea de fiabilidad defensiva y poquita aportación ofensiva.
Paulão: Sigue viéndosele lento, pero estuvo muy atento y particiàtivo.
Jordi: Unos de sus mejores partidos en el Betis, dentro de sus condiciones. La jugó bien.
Dídac: Un poco al estilo Chica, intenso y anticipativo en defensa, aunque en ataque da para poco.
Vadillo: Muy buen partido hasta su lesión, aparentemente muscular. Trabajador, pidió mucho el balón, desbordó por dentro y por fuera y pisó área.
Matilla: Bien con balón, pero como es sabido su nivel físico es insuficiente para Primera. Esto es, en los balones divididos llega a poquitas.
Reyes: Bien situado, aunque espeso y lento con balón.
Juan Carlos: De sus mejores partidos últimamente. Muy rápido, desbordó una y otra vez a Nélson. Sin embargo sus centros acabaron en nada, unos por su culpa y otros por la de los delanteros.
Molina: Bien fuera del área, relativamente ágil e inteligente. El problema es que sigue viendo poquita puerta, y eso ahora es vital.
Castro: No está fino físicamente, así que a pesar de su exquisita clase y técnica no le salen las cosas como antes. Queda por saber si es algo pasajero o nunca veremos al Castro de otras temporadas: tiene 32 años y medio, acaba de salir de una lesión larga y tiene un juicio pendiente. Hace al menos año y medio que se le debió buscar un relevo de calidad segura.

Juanfran: Mal, y demasiado aislado en la derecha para progresar.
Nono: Tal vez demasiado atrasado, pero reactivó al equipo.
Salva Sevilla: Horribles minutos. Demasiado conservador à la Verdú con balón, aunque se colocó en la mediapunta no supo hacer de conexión, en particular cuando al final había muchos metros entre los puntas y el resto del equipo.

El detalle
La performance final ordenada por Garrido de prolongar por minutos el saludo al público resultó muy curiosa y extraña. Como forma de enfocar las broncas a esos minutos puede ser útil.

jueves, 19 de diciembre de 2013

Betis 2 - Lleida 2 (16vos de final de Copa)

BETIS (2): Sara; Steinhöfer, Paulão, Amaya (Dídac, min. 27), Nacho; Nono, Salva Sevilla; Juanfran (Lolo Reyes, min. 61), Verdú (Vadillo, min. 70), Rubén Castro; y Jorge Molina.
LLEIDA (2): Núñez; Barreda, Mario (Imaz, min. 76), Molo, Raúl Fuster; Bosch; Chupe, Andalur, Monforte (Miramón, min. 70), Osado (Dídac, min. 81); y Mata.
Goles: 1-0, min. 5: Paulão. 2-0, min. 10: Amaya. 2-1, min. 38: Monforte. 2-2, min. 54: Mata.
Árbitro: Undiano Mallenco (Colegio navarro). Mostró tarjeta amarilla a Mario, Juanfran, Paulao, Vadillo, Molo, Nacho, Bosch, Nono.
Incidencias: 10.921 espectadores en el Benito Villamarín, con presencia de aficionados del Lérida.

Una casa de locos
El Betis ha rozado el ridículo hoy ante el Lleida, equipo de Segunda B: tras marcar dos goles y sin excusas de ninguna clase se ha visto al borde de la eliminación pese a la victoria (1-2) de la ida en Lérida. El partido ha terminado entre ataques de nervios generalizados de jugadores y grada.

Primera media hora
Garrido pone en el campo una mezcla de titulares y suplentes supuestamente orientada a optimizar el equipo del sábado. Resultó una alineación muy ofensiva: reservado Reyes (único mediocentro defensivo sano), quedaban Nono (derecha) y Salva como mediocentros paralelos en defensa, y Castro tirado a la banda izquierda para, una vez más, guardar la mediapunta a Verdú. Enfrente el Lleida se situaba en un 4-1-4-1 que cerraba bien el centro.

La siempre atrasada posición de Verdú, que en ataque hacía de interior junto a Salva, y el buen taponamiento de la zona central de los visitantes dejó como vías de ataque para el Betis las bandas. Los locales salieron muy arriba e hicieron circular rápidamente el balón: la alineación daba para ello. Con el balón casi siempre en pies béticos, las muchas llegadas de los primeros minutos dieron como resultado dos goles, ambos de los centrales y en jugadas a balón parado.

Segunda media hora
Incapaces los béticos de mantener el alto ritmo físico de los primeros minutos (recordemos: Castro como extremo, Salva mediocentro, Verdú mediapunta...), el Lleida toma progresivamente mayores cuotas de posesión. La inoperancia de Juanfran en la derecha y la falta de forma física de Rubén Castro –castigado de nuevo al puesto de extremo cuando aún no tiene físico para ello– contagian a las bandas la ya habitual falta de progresión bética por el centro. Aislado Molina arriba, los ataques béticos se convierten en una sucesión de pases a ninnguna parte en zonas frías: como ya sucediese en tiempos de Mel, los interiores (Salva, Verdú) vienen demasiado atrás a por el balón y la mediapunta es un solar en el que nadie la pide. Llegan dos goles del Lleida, uno en una jugada a balón parado muy mal defendida y otro en un desajuste tras un rechace.

Última media hora
La paciente grada pierde justificadamente los nervios, y los jugadores se exponen a la rechifla general tras cada pérdida. Garrido trata de amarrar con Reyes por Juanfran, aunque Verdú no hace mucho caso a las órdenes de quedar como extremo derecho para que Salva se adelantase a la mediapunta. Vadillo sustituye al catalán en esa derecha poco después: absurdamente, Castro sigue siendo, al menos de modo formal, el extremo izquierdo, pero realmente queda como palomero, sin hacer el menor esfuerzo por seguir a su lateral, por cierto ante las mismas narices de su entrenador. En varias jugadas Vadillo se pasa al extremo izquierdo pero Castro no se cambia nunca de banda, sino que queda descolgado arriba (¡?). Así pues el Betis maldefiende en una especie de 4-3-1-1 (+1) con Nono y Reyes como doble pivote, Vadillo en una banda (u otra), Salva en la mediapunta, Molina arriba y Castro en ningún sitio. El Lleida la tiene y asusta un poco; su calidad no da para marcar, aunque sí monta un par de peleas.

Jugador por jugador
Sara: Mal con los pies y peor con las manos. El 1-2 es impresentable.
Steinhöfer: No reivindicó agonísticamente la titularidad, pero al menos se le ve en cierta forma. Defendió la banda derecha entera la última media hora.
Amaya: Se lesionó al marcar un golazo.
Paulão: Partido decente y un buen gol. Anda muy lento.
Nacho: No está en buena forma física, pero se tapa a base de oficio.
Juanfran: Le salvaron un gol bajo palos y ya no dio una a derechas.
Nono: Mucha voluntad y acierto desigual. Si no coge tablas ahora no lo hará nunca.
Salva: Jugar como mediocentro le requiere un tipo de juego, de mucho desgaste físico, que no le va, aunque voluntad le echa. Acabó desquiciado.
Castro: Es inexplicable que jugara el partido entero como extremo izquierdo, cuando está para una hora y sin obligaciones. Es el más listo y el que mejor técnica tiene, y tira de eso, pero a cuarenta metros de la portería le alcanza para muy poquita cosa.
Verdú: Un caso digno de estudio. Una vez más dio mil pases milimétricamente precisos (aperturas muy bien apuradas para poner al compañero en ventaja, pases atrás entre muchas piernas, paredes en zonas frías...) pero jamás bate una línea con un pase, así que su juego vale exclusivamente para tener posesión, sin avanzar un solo metro. Como tampoco corre gran cosa, uno sigue sin explicarse que se sacrifique la posición del deseado Castro para nada. Fue justísimamente abroncado al ser cambiado.
Molina: Mal y solo.

Dídac: Digno, que ya es algo, pero uno no se explica cómo llegó al Milan.
Reyes: Trató de poner cierta racionalidad, porque es de los pocos que sabe jugar sin balón.
Vadillo: Le echó personalidad a la situación.

Garrido: Es pronto para echarle la culpa de casi nada, pero a la ensalada de nervios del Villamarín sólo le faltaban algunas decisiones inexplicables como seguir con Verdú en el centro o dejar a Castro noventa minutos tirado a una banda. Los minutos de Vadillo tirado a la izquierda (dos extremos izquierdos, ninguno a la derecha) nos harían pensar que ha perdido los papeles si no fuera porque aún no le ha dado tiempo a que se los den.

domingo, 15 de diciembre de 2013

Real Sociedad 5 - Betis 1 (16ª jornada de Liga de Primera División)

REAL SOCIEDAD (5): Bravo; Carlos Martínez, Ansotegui, Íñigo Martínez, José Ángel; Bergara, Pardo (Elustondo, m. 73); Vela, Xabi Prieto, Griezmann (Chory Castro, m. 79); y Agirretxe (Seferovic, m. 71).
BETIS (1): Andersen; Chica, Amaya, Paulão, Nacho; Vadillo (Salva Sevilla, m. 71), Nono (Juanfran, m. 60), Lolo Reyes,Verdú (Matilla, m. 71); Jorge Molina y Rubén Castro.
Goles: 1-0, m. 5: Agirretxe. 1-1, m. 18: Molina 2-1, m. 54: Ansotegui. 3-1, m. 61: Griezmann. 4-1, m. 67: Agirretxe. 5-1, m. 84: Xabi Prieto.
Árbitro: Mateu Lahoz (Comité Valenciano). Mostró tarjeta amarilla a Xavi Prieto, Íñigo Martínez, Ansotegui y Griezmann, y a Amaya y Molina.
Incidencias: 24.000 espectadores en Anoeta.

45 minutos
Una buena primera parte y una desastrosa segunda ha jugado el Betis en Anoeta. Trabajador y fino habrá de andar Garrido para corregir los muchos defectos que hereda: de momento, poco se nota su mano.

Primera parte
Jugar en Anoeta es un ejercicio difícil para cualquiera en los últimos años. La Real es un ejemplo de buen funcionamiento colectivo, sobre todo en ataque, del que el Betis tendría mucho que aprender: juego siempre con intención, muchos movimientos de jugadores por delante del balón, desdoble continuo de los laterales, superioridades numéricas por las bandas, llegadas con gente al remate y buen trabajo del balón parado. Puso Arrasate sobre el campo un equipo habitual, pese a algunas bajas, con Vela, Prieto y Griezmann como segunda línea tras Agirretxe.

Enfrente Garrido colocó lo mejor que tiene y por fin escuchó las oraciones de media Sevilla para disponerlos: inició el partido con Castro y Molina (éste algo más atrás) arriba, haciendo caer a Verdú a la banda izquierda y con Vadillo a la derecha. Esta nueva situación parecía garantizar presencia arriba a cambio del pequeño sacrificio de que Verdú se aplicara un poco en seguir a su lateral, y de que Nacho lo doblara en ataque. El equipo esperaba a la Real bastante más atrás que con Mel, con la defensa más cerca de su área y el segundo punta en vigilancia del mediocentro atrasado de la Real. Como detalles, los centrales y los mediocentros permutaban sus posiciones habituales, esto es, Amaya y Nono jugaban en el lado derecho.

La novedad duró muy poco: lo que la Real en marcar tras una pérdida absurda de Nono, esto es, cinco minutos. Garrido corrigió entonces posiciones, Vadillo cambió de banda, Castro hubo de irse a la derecha y Verdú recuperó su privilegiada posición de mediapunta. Además, con marcador en contra, el equipo adelantó la presión, tuvo así mucha posesión durante quince minutos y pronto encontró premio.

El resto de la primera parte fue un bonito intercambio de juego ofensivo: el buen trabajo de Nono y Lolo Reyes permitió al Betis tener posesiones largas y llegar arriba con cierta frecuencia, aunque con escasa gente al remate. Enfrente la Real movía bien jugadores y balón, y se empezaba a apreciar el problema que arruinaría la segunda mitad bética: las bandas.

Segunda parte
La Real sale con mucho más ímpetu y, al privar de balón al Betis, la posición alta de Vadillo y Rubén Castro, un arma de doble filo que podía ser peligrosa para la Real si era el Betis el que lo tenía, se vuelve en contra de los béticos. En efecto, ni Vadillo (por displicencia) ni Castro (por condiciones y por baja forma física) seguían a Carlos Martínez y José Ángel. Las salidas de los mediocentros y, lo que es peor, los centrales para hacer ayudas a los desbordadísimos laterales –un problema conocidísimo en Anoeta un año tras otro, y que bien debería haber previsto Garrido– provocó continuos incendios en los centros laterales. El 2-1 vino pronta y merecidamente. Garrido trató de irse arriba metiendo a Juanfran en la banda de Castro y adelantando a este para retrasar a Verdú al sitio de Nono: la actitud y aptitudes defensivas del catalán aumentaron el desastre defensivo, sólo paliado cuando Matilla entró en el campo.

Jugador por jugador
Andersen: No erró claramente en ningún gol, aunque en alguno pudo hacer algo más. Debe seguir el juego mucho más adelantado.
Chica: Aceptable en defensa, aunque desbordado por inferioridad numérica, y horrible en ataque. Intentó mil balones a la olla y no supo ni levantarla.
Amaya: Se ganó una tarjeta tonta. Bien en su terreno, menos bien fuera de él.
Paulão: Jugó casi de marcador personal de Agirretxe y ahí cumplió.
Nacho: Pésimo partido. Tiró mal el fuera de juego (cosa imperdonable en un lateral), llegó tarde y mal a las ayudas en los centros laterales, cerró mal su banda (aunque le ayudaron poco) y estuvo espeso en ataque. Uno se pregunta cómo estará Dídac.
Vadillo: Muy bien en ataque, punzante y vertical, pero indolente en defensa, algo que no se puede permitir y que el equipo pagó caro.
Nono: Fallón en corto, cosa rara, pero aceptable en general. Buenos cambios de juego.
Lolo Reyes: Uno de los mejores, como siempre. Una de las pocas esperanzas de futuro de este equipo. Le pica perder, no como a otros.
Verdú: En sentido figurado y con todas las disculpas y el respeto a los enfermos oncológicos, este jugador es el cáncer futbolístico del equipo, y nos explicamos. No sólo su aportación ofensiva es muy escasa (se limita a tocar, con mucha precisión por cierto, balones hacia atrás y a las bandas, sin acertar jamás en sus escasos intentos de jugar en profundidad y frenando sin embargo muchas contras), sino que mediatiza completamente el juego del equipo, porque su nulidad defensiva y su escasísima llegada al área contraria obliga a jugar con extremos muy adelantados y eso o bien los revienta físicamente o los hace dimitir de sus obligaciones (seguir a los laterales y llegar arriba). Urge que desaparezca del club, o al menos de las alineaciones o, al menos de lo menos, que juegue en una banda. Como mediocentro, huelga decirlo, fue un desastre. Para la psicología del grupo su actitud no es tampoco exactamente un valor positivo.
Molina: Muy buen partido. Tocó bien el balón, dio salida al equipo, buscó los espacios, metió un gol y pegó dos postes cuando el partido estaba vivo.
Castro: En sus condiciones actuales no se le puede pedir que siga a laterales largos y además llegue al área a rematar. No parece en su mejor momento, pero es natural tras tantos meses de baja.

Juanfran: Poquita cosa.
Salva: Tirado a la izquierda, al menos la tocó bien.
Matilla: Dio empaque en el centro en minutos de basura.

Garrido: El cambio de dibujo le duró lo que tardó la Real en marcar, y eso dice poco de su fe en lo que hace. Además es un error táctico monumental meter en las bandas a un Vadillo y a un Castro en baja forma física sin prever cómo parar a los laterales realistas, cuyo papel en su sistema de juego conoce toda España (por ejemplo: hace un año De la Bella remató a gol ante el Sevilla un centro de Carlos Martínez). Si se empeña en privilegir la posición de Verdú se despeñará como Mel. Por demás, al menos cambió la cara del equipo durante 45 minutos, aunque tiene mucho más que trabajar: movilidad sin balón, balón parado, fragilidad psicológica...

viernes, 13 de diciembre de 2013

Betis 0 - Rijeka 0 (6ª y última jornada de la fase de grupos de la Europa League)

BETIS (0): Sara; Steinhöfer, Amaya, Jordi, Nacho; Xavi Torres (Rubén Castro, m. 56), Lolo Reyes; Juanfran, Salva Sevilla (Verdú, m. 66), Juan Carlos; y Chuli (Nono,m. 66).
RIJEKA (0): Vargic; Mujanovic, Knezevic, Datkovic, Bertosa; Males, Morcinic; Jugovic (Kvrzic, m. 32), Brezovec, Krstanovic (Kramaric, m. 70); y Benko.
Árbitro: Danny Makkelie (Holandés). Amonestó a Kvrzic y Males.
Incidencias: Media entrada en el Villamarín. Durante el partido el Betis, ya previamente clasificado, tuvo opciones de ser primero de grupo, aunque el resultado que obtuvo el Olympique Lyonnais lo hacía finalmente imposible aun ganando. 

Encefalograma plano 
Poco nuevo y nada bueno ha traído el debut casero y en Europa League del Betis de Garrido, que ha empatado ante un muy flojo aunque ordenadito Rijeka.

Lo más preocupante de este Betis no se encuentra en lo táctico, sino en lo anímico –igual, por cierto, con Mel que con Garrido–: desde los funestos tiempos de Tapia no se recuerda un equipo tan frágil psicológicamente, tan fácil presa de los nervios en unos casos y de la indiferencia –eufemismo tal vez para el pasotismo– en otros. Cada jugador parece querer cubrir su propio expediente sin tomar responsabilidad por el equipo; nadie pega un grito, nadie habla, no hay líderes ni al menos gente que trate de tomar la iniciativa para que el barco no se hunda. Especialmente preocupante es un síntoma propio de los peores momentos del Betis de Lopera: no son los veteranos en el club (Amaya, Salva, Nacho...) los que ponen más ganas y tiran del carro, sino que jóvenes recién llegados como Reyes o Juanfran parecen ser quienes más quieren hacer por el equipo, por levantar el grupo. Ni siquiera la grave lesión de un compañero pareció alterar el pulso de ningún futbolista.

Pronto es para juzgar a Garrido, aunque de momento sus planteamientos no traen más novedad que atrasar a Juanfran. Por demás –y pronto veremos si bien es cosa de meros experimentos con la continuidad o bien convencimiento– el valenciano insiste en una forma de jugar que dio malos resultados este año a Mel y que hoy no ha alcanzado para vencer a un cuadro limitadísimo en lo individual. Garrido colocó pues el 4-2-3-1 ya usual, con presión moderadamente alta (qué menos hoy: el Rijeka es muy malo y ultradefensivo). Pese a la mucha posesión disfrutada, una vez más se cayó en los defectos conocidos que impiden tener una mínima fluidez con balón y alguna llegada al gol: mediocentros casi paralelos en ataque, punta aislado (aunque como mediapunta Salva se atrasa algo menos que Verdú), extremos que jamás hacen movimientos en horizontal y menos aún pisan el área para el remate, estatismo general. Como colofón, incluso este Rijeka fue capaz de crear peligro a la contra: la fragilidad defensiva no se arregla.

En la segunda parte la grave lesión de Torres dio ocasión a Garrido para probar por un rato a Salva como mediocentro, lo que a cambio de entregar espacios en mediocampo al rival dio más fluidez ofensiva al equipo, mejor escalonado para la salida de balón. Poco duró el experimento, porque diez minutos después Nono entró por Chuli y dejó en el campo el rutinario 4-2-3-1. Conviene anotar, por cierto, un detalle sobre la posición de Reyes, a la derecha de Nono: al caer Verdú siempre a la izquierda, es el chileno y no Nono quien se ve obligado a adelantarse hasta jugar de interior (al punto de pisar el área), cuando sería más natural, aunque Nono perdiese perspectiva de tiro, que en ataque Reyes fuera el mediocentro-ancla, y el canterano y Verdú los interiores derecho e izquierdo, respectivamente.

La única buena noticia del partido fue el nivel mostrado por algún jugador, como un gran Reyes y un mejorado (difícil no era) Steinhöfer. Negativamente hay que señalar a hombres como Jordi, Sara o Juan Carlos, que o bien no están capacitados para jugar a cierto nivel o no tienen la entereza psicológica suficiente para hacerlo cuando vienen mal dadas, que a efectos prácticos viene a ser lo mismo. Castro jugó muy aislado arriba, en una posición en la que es bien sabido que tiene dificultades para entrar en juego. 

El detalle
Garrido perdió una buena oportunidad de no cambiar a Chuli justamente tras marrar este una ocasión clarísima. Y no fue culpa del delantero: el balón le botó mal.

domingo, 1 de diciembre de 2013

Betis 2 - Rayo Vallecano 2 (15ª jornada de Liga de Primera División)

BETIS (2): Sara; Juanfran, Amaya, Jordi, Nacho; Vadillo (Chuli, m. 65), Lolo Reyes, Nono, Salva Sevilla (Juan Carlos, m. 58); Jorge Molina (Verdú, m. 54) y Rubén Castro.
RAYO VALLECANO (2): Cobeño; Tito, Galeano, Saúl, Nacho; Lass, Baena, Trashorras (Adrián, m. 63), I. Falqué (Bueno, m. 22); J. Viera y Larrivey (Castillo, m. 69).
Goles: 1-0, m. 26: Amaya. 1-1, m. 51: Bueno. 2-1, m. 81: Verdú. 2-2, m. 91: Bueno.
Árbitro: J. A. Teixeira Vitienes (Colegio Cántabro). Mostró tarjeta amarilla a Vadillo, Nono, Salva Sevilla, Tito, Jonathan Viera, Larrivey, Saúl y Raúl Baena.
Incidencias: 32.000 espectadores en el Benito Villamarín. Césped en aceptables condiciones.

Ante un flojo Rayo el Betis ha jugado esta mañana un aceptable partido, que habría sido bueno de mediar un poco más de acierto goleador. El encuentro ha dejado a los béticos noticias muy malas y alguna muy buena: muy malo es dejarse puntos fáciles en la situación actual, y muy malo es ser incapaz de ganar en casa a un vicecolista de poquísima calidad; bueno ha sido superar a un rival netamente por primera vez en dos meses, y muy bueno es constatar que Rubén Castro ha vuelto, y que –detallitos a un lado como que la pelota entre o no– parece el mismo que conocíamos.

Primeros 55 minutos
La esperadísima aparición de Castro como titular, y en unas condiciones físicas que no le permiten jugar aún en banda, obligó a Mel a poner sobre el césped un 4-4-2: un esquema que media ciudad le pide desde hace meses (constatada de sobra la incapacidad de la segunda línea bética para aportar goles) y que el entrenador bético ha tenido que usar prácticamente a la fuerza. Como efecto secundario Mel hubo de tirar a la banda izquierda al mediapunta elegido, esta vez Salva Sevilla, cosa que por alguna misteriosa razón aún no ha probado con Verdú; Molina quedaba arriba algo más retrasado que Castro, quien aprovechaba la tendencia de Salva a centrar su posición en ataque para caer a la esquina izquierda del campo.

Jémez proponía un esquema similar, con Baena y Trashorras como mediocentros, y Viera por detrás del tanque Larrivey en la delantera. Mediado el primer tiempo Bueno entraría como mediapunta para que Viera y Lass (este generalmente por la derecha) quedaran en las bandas.

Fuera por jugar en casa y con necesidad de ganar, por ser el estilo que Mel quiere estabilizar en este Betis o porque quería hacer jugar a contraestilo al Rayo (uno de los equipos con más porcentaje de posesión de la Liga, pese a que su calidad individual no parece que dé para ello), el caso es que Mel arriesgó un día más adelantando su línea defensiva y tiró de salida la presión altísima. Metido atrás Trashorras en la salida de balón, pues Jémez pretende jugarla a toda costa, Nono se emparejaba con el cerebro rayista y los delanteros béticos con los centrales del Rayo. A costa de un importante esfuerzo, el Betis lograba siempre o bien robar el balón arriba o bien ensuciar la salida rayista para que fueran los defensas quienes lo lograran.

El Betis trataba de contragolpear a toda velocidad tras los robos, y en los escasos ataques desde atrás aprovecharon los locales que Molina tenía compañía para jugarle en largo: en resumen, el Betis practicaba un juego bastante norteño, más cercano al viejo Osasuna que al tiquitaca, pero lo practicaba bien. Aunque había poca elaboración del juego, entre contras y faltas colgadas al área (pues el Rayo, que también quería apretar arriba, cometía las necesarias cuando se veía superado) el Betis marcó y bien pudo ampliar el marcador.

Cabe anotar, por cierto, que estos –raros– buenos minutos del Betis se dieron el día que la alineación, sobre todo arriba, se parecía más a la de hace tres años en Segunda (Molina, Castro, Salva, Nacho, más canteranos como Nono y Vadillo), cosa que habla muy mal de los fichajes de Stosic.

Últimos cuarenta minutos
Aunque el Betis pierde fuelle con el paso de los minutos, el Rayo llega poco; desgraciadamente en una de sus escasas ocasiones se encuentra el gol. Mel, a punto ya entonces de introducir a Verdú, cambia el estilo de juego del equipo y vuelve a los errores del pasado reciente: suprime un delantero (vuelta al 4-2-1-3 con Verdú de centrocuentista), y, lo que es más grave, parte el equipo por la mitad cuando era esperable que el cansancio pasase factura, especialmente a Castro: quedan arriba Chuli (derecha) y Juan Carlos como extremos, más el siempre indolente en defensa Verdú y Castro fundido.

Afortunadamente los extremos corren lo que pueden para atrás, y Nono y Reyes hacen un esfuerzo sobrehumano por sostener al equipo: en el correcalles consiguiente el Betis es aún algo mejor (cosa no muy meritoria si uno mira la nómina del Rayo), marca el 2-1 y puede sentenciar. Muy al final llega el excesivo castigo del empate.

Jugador por jugador
Sara: Bien con los pies y seguro en las salidas, yerra en el 1-1 por dejar un mal despeje al centro, y en el 2-2 no hace el milagrito que sí había hecho Cobeño ante Castro dos minutos antes. Una vez más no da ningún punto, y además cede dos. Ha empezado el runrún de la grada.
Juanfran: Pareció Chica, para lo bueno y para lo malo. Como condiciones ofensivas tiene, no es mala noticia.
Amaya: Buen partido. Obligado por Mel a salir a los medios supo ir a la anticipación, y además metió un gol y dio una asistencia.
Figueras: Hizo una buena primera parte, se gustó, se vino entonces arriba más de lo que puede, tuvo un error grave y a partir de ahí lo arruinó todo. Es muy lento.
Nacho: Discreto. Mantuvo a raya como pudo a Lass, que lo encaró mil veces sin que nadie acudiese a la ayuda. La rapidez de los ataques béticos casi nunca dio tiempo a los laterales para incorporarse.
Vadillo: Desacertado en la elección de jugada, uno teme que sea uno de esos jugadores que prometen eternamente lo que nunca dan. Alguien debe enseñarle que cuando la jugada ofensiva del rival lo rebasa su obligación es ayudar a su lateral, no pasar de todo si su par no sube (1-1).
Reyes: Duro de cintura y poco sutil con balón, cumplió bien como tapón. Siempre muy bien situado.
Nono: El mejor otra vez, en todos los aspectos del juego (físico, técnico, psicológico...). Se coloca cada vez mejor e incluso saca los córneres mejor que nadie. Hizo un esfuerzo tremendo.
Salva: Sin hacer cosas brillantes su presencia, como ante el Valencia, volvió a coincidir con el mejor fútbol del equipo.
Molina: Mal, pero incluso así aporta: recibe faltas, baja el balón y se pone de gol.
Castro: Ver que está en unas condiciones físicas si no plenas sí bastante aceptables es una excelente noticia para el futuro, aunque en estricta justicia fue protagonista negativo: estrelló primero dos muy buenos remates en los palos y al final falló dos ocasiones clamorosas de sentenciar, de las que él no suele errar. Que las haya tenido da mucha esperanza.

Verdú: Buen gol aprovechando (¡con la pierna mala!) su magnífico toque, y muy poquito más. El empeño de Mel en guardarle la mediapunta es muy pernicioso para el equipo.
Juan Carlos: Cada vez que intenta una bicicleta se le sale la cadena por exceso de velocidad.
Chuli: Corrió pero no tocó una.

Mel: Arriesgó con la presión alta y Salva en una banda, y le salió bien. Inexplicablemente, luego lo estropeó con la vuelta a lo que no funciona. Bien pudo al final al menos mandar a Chuli arriba y a Verdú a una banda.

El detalle
En vista del pésimo rendimiento de los extremos (Vadillo no explota, Juan Carlos y Steinhöfer no dan el nivel, Mel no cuenta con Cedrick –¿para qué lo citó hoy?–) y del buen desempeño de los mediocentros e interiores de la plantilla (Nono, Reyes, Nosa, Torres) Mel bien podría plantearse un cambio radical de esquema, donde quepan dos delanteros sin exiliar a ninguno de ellos a la banda. El 4-4-2 en rombo (hay buenos laterales para subir) o, al menos, tirar al fantasista a una banda como hoy, parecen buenas alternativas.