martes, 30 de enero de 2018

Celta de Vigo 3 - Betis 2 (21ª jornada de LaLiga)

CELTA (3): Rubén; Hugo Mallo, Roncaglia, Sergi Gómez, Jonny; Lobotka, Wass, (Jozabed, m. 80) Radoja; Pione Sisto (Brais Méndez, m. 72), Iago Aspas y Maxi Gómez (Emre Mor, m. 86).
BETIS(1): Adán; Barragán, Mandi, Feddal, Durmisi; Javi García (Rubén Castro, m. 62), Fabián; Joaquín, Guardado, Tello (Boudebouz, m. 62); y Sergio León
1-0, m. 12: Iago Aspas. 2-0, m. 56: Maxi Gómez. 2-1, m. 71: Sergio León. 3-1, m. 79: Iago Aspas. 3-2, m. 91: Guardado, de penalti.
Árbitro: Sánchez Martínez (Comité Murciano). Amonestó a Javi García, Joaquín, Wass, Fabián, Barragán y Feddal.
Discreta entrada y césped demasiado mojado en Balaídos.

Más allá del obvio dato del excesivo número de goles que recibe el equipo, las justas críticas al equipo tras partidos tan malos como el de ayer siguen desenfocadas y tememos que yerren el tiro contra los problemas del equipo bético.

Anoche fue ampliamente superado por el Celta y tuvo suerte de no recibir un castigo más severo tras un partido en el que, de nuevo, los béticos amasaron interminablemente el balón en campo propio ante una agresiva presión celtista. Tanto gallegos como béticos presionaron muy arriba y casi hombre a hombre a partir de un 4-4-2 teórico defensivo que en ataque era tal en el Celta pero se escalonaba en el caso del Betis hasta formar un claro 4-3-3, con los teóricos titulares de la temporada en el cuadro bético en sus posiciones típicas: Fabián y Guardado como interiores, García como mediocentro, Joaquín y Tello en los extremos y León arriba.

Es esta vez cierto que, tras un buen inicio, el Betis recibió un pronto gol por uno de los riesgos típicos del juego de posición: una salida de balón muy expuesta y con el equipo muy abierto. También es cierto que el tercer gol, como varios del Barcelona, se originó en pérdidas en el centro del campo con muchos hombres por delante del balón. Pero una observación detallada de esos goles y, sobre todo, de la inoperancia del Betis para salir en velocidad cuando supera la presión alta de los rivales servirá para detectar el verdadero origen del problema, que no es la defensa ni el portero béticos: es el trío de centrocampistas.

Si el objetivo de los equipos que practican el juego de posición es instalarse con balón en el campo del rival y someter a este a un círculo virtuoso de largas posesiones y rápida presión tras pérdida, es lógico que esos rivales pretendan hacerte jugar a contraestilo con una presión alta que impida la salida cómoda hacia campo rival, llegando al extremo, como ayer, de marcas prácticamente individuales para lograrlo. Obviamente una presión así tiene sus riesgos, y el intento del Betis de hacérsela al Barcelona hace una semana nos mostró dos muy claros: (1) el cansancio de perseguir personalmente a los jugadores contrarios (evidente habitualmente en los quince minutos finales del primer tiempo y a partir de la hora de juego), y (2) exponerse a un ataque rápido de portería a portería si esa presión es superada, sea con toques o en largo, como en el 0-1 de Rakitic hace una semana o el gol de Joaquín al Leganés hace dos.

Para lograr el primer objetivo, cansar al rival, es necesario mover rápidamente el balón alternando toques cortos y cambios de juego. Para lo segundo, que los centrocampistas (al menos a veces) se giren y salgan con velocidad en conducción una vez se haya superado una línea de presión en lugar de retroceder y perder esa ventaja (Kevin de Bruyne hace esto modélicamente), y que los delanteros amenacen la espalda de los defensas rivales, creando peligro directo y además espacios entre las dos líneas traseras del rival (aprovechables también para bajar balones largos hacia ellos).

Pues bien, el Betis solo hizo ayer aceptablemente lo primero, e hizo muy mal lo segundo, como suele. Mal perfilados, sus tres centrocampistas –carentes por cierto de velocidad en conducción– casi nunca supieron girarse con rapidez y ganar metros con balón. Veamos un ejemplo manifiesto:



Después de una secuencia de pases arriesgados atrás del Betis García recibe con enorme espacio a su espalda y enorme ventaja respecto a Lobotka (14), el celtista más a la derecha en la imagen de arriba y casi en el punto de centro del campo en la segunda imagen. Tras necesitar tres toques para controlar y girarse, cuando entrega la pelota en el cuarto Lobotka le ha recuperado unos doce metros y la jugada ha perdido toda capacidad de sorpresa.

Obviamente si uno apuesta con riesgo y cuando gana apenas recibe premio, a la larga la estadística te hace perdedor. Adán y los cuatro defensas se vieron sometidos a una tarea digna de Sísifo: sacar la pelota jugada con riesgo una y otra vez para verla devuelta en las mismas o peores condiciones, hasta que Adán se veía obligado a jugar a media distancia o en largo (lo primero, por cierto, con mucho acierto), o hasta que se sufría una pérdida en zona caliente.

Bienvenido sea pues el fichaje de Bartra, que sube claramente el nivel de la plantilla en un puesto corto en efectivos, pero los problemas del Betis no tienen su origen en la falta de calidad de la defensa sino en el bajo rendimiento de un centro del campo que construye mal y tampoco defiende en estático bien. Ahí puede y debe trabajar mucho Setién.

Por demás el partido dejó como nota interesante la repetición del movimiento de permuta a tres entre Barragán, Fabián y Joaquín, por el que este último se sitúa como interior (donde se siente más cómodo en ataque) a cambio de que Fabián venga a tocar muy atrás, a posiciones de lateral, y de que Barragán ataque muchas veces como verdadero extremo, donde está cumpliendo con decoro.

Jugador por jugador
Adán: Definitivamente ha mejorado tanto con los pies como empeorado con las manos. Está muy remiso a salir por alto y no estuvo valiente en el tercer gol.
Barragán: Aprobado, muy en su línea.
Mandi: Algo más fallón de lo habitual en el pase. Su puesto, en peligro.
Feddal: Otro buen partido, aunque perdió la marca en el segundo del Celta.
Durmisi: Mejorado en defensa y en ataque. Una asistencia.
Javi García: Mal. No jugó un solo balón hacia delante, estuvo lento con balón y además recuperó pocos.
Fabián: El mejor del centro del campo. Él sí hizo progresar la jugada, aunque con frecuencia desde muy atrás, y recuperó balones (once).
Guardado: Su mal partido, de juego horizontal, empeora por sus gestos finales: empeñarse en tirar el penalti y culpar a los errores en la salida de balón (esto es, a los compañeros) de la derrota. Se espera otra cosa de un veterano que empezó muy bien la temporada.
Joaquín: Partido solo aceptable. Tampoco ganó muchos metros en carrera.
 León: Ganó pocos remates y balones largos. Golito.
Tello: Partido flojo. Eran necesarias sus arrancadas y no las hubo.

Boudebouz: El Betis cambió a 4-2-3-1 para él, pero aportó muy poco de nuevo.
Castro: Apenas tocó el balón.

Setién: Debe encontrar soluciones tácticas, o pedagógicas, a los problemas del centro del campo.

Los comentarios son bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara7.

lunes, 22 de enero de 2018

Betis 0 - F.C. Barcelona 5 (20ª jornada de LaLiga)

BETIS (0): Adán; Javi García (Boudebouz, m. 76), Mandi, Feddal; Francis, Fabián (Camarasa, m. 87), Guardado, Durmisi; Joaquín; Sergio León (Rubén Castro, m. 72) y Tello.
F.C. BARCELONA: Ter Stegen; Semedo, Piqué, Vermaelen (Umtiti, m. 43), Alba; Sergi Roberto, Busquets (Deulofeu, m. 80), Rakitic, André Gomes (Paulinho, m. 64); Messi y Suárez.
0-1, m. 58: Rakitic. 0-2, m. 63: Messi. 0-3, m. 68: Luis Suárez. 0-4, m. 79: Messi. 0-5, m. 89: Luis Suárez.
Árbitro: Jaime Latre (Comité Aragonés). Mostró tarjeta amarilla a André Gomes, Luis Suárez, Durmisi y Feddal.
53.000 espectadores y excelentes condiciones para el fútbol en el estadio Benito Villamarín.

En este blog solemos dividir los partidos por fases según su decurso táctico, y parecería lógico hacerlo con el de anoche diferenciando un primer tiempo muy equilibrado y escaso de ocasiones de un segundo en el que el Barcelona arrasó al Betis con cinco goles. Sin embargo, más allá de las acciones concretas que desequilibraron el partido en apenas diez minutos y, probablemente, del cansancio bético que pudo provocarlas, no hubo diferencias de planteamiento entre una primera mitad en la que el Betis opuso fuerte resistencia a un solidísimo Barça –firme candidato a ganar la  Champions– y una segunda en la que Messi y Suárez destrozaron al Betis.

Minutos 1 al 76
Unos y otros apostaron a fondo por el modelo de juego que les caracteriza –el llamado fútbol de posición–, la presión alta y el riesgo –sobre todo en el Betis– para sacar el balón jugado. Se vieron en ambos bandos las peculiaridades de esta manera de jugar, como la retención del balón para atraer rivales, las posiciones estáticas en la salida desde atrás o las largas posesiones de los porteros, como pudieron apreciarse en estado puro por vez primera en un partido íntegro ya hace años en el Villamarín ante el Barça B.

Con la siempre inexplicable presencia de André Gomes como titular, en este caso por la banda izquierda, el Barça se presentaba con su previsible y peculiar 4-2-3-1 de esta temporada, que en defensa es un claro 4-4-2. Como suelen, en la salida de balón los barcelonistas escalonaban a Busquets, mediocentro, Rakitic como interior derecho y Gomes como izquierdo, lo que unido a la caída a la izquierda de Suárez empujaba a Sergi Roberto a posiciones de extremo derecho. Muy valiente, el Betis se exponía no solo a los riesgos de sacar el balón siempre jugado sino a los defensivos de presionar muy arriba y en uno contra uno en todo el campo. Para ello Setién y Sarabia alteraron claramente su esquema habitual: el Betis (tanto en defensa como en ataque) no jugó su 4-3-3 usual sino un bonito 3-4-1-2 que clonaba, invertidas como en un espejo, las posiciones del Barcelona:


Obsérvese la posición a la derecha de García, destinado en principio a cuerpear con Suárez. Cabe anotar que pasado el primer tramo de la primera parte Valverde retocó levemente su centro del campo en fase ofensiva: el triángulo interior pasó a estar compuesto por Sergi Roberto (interior derecho), Busquets y Rakitic (ya interior izquierdo), mientras Gomes se descolgaba a posiciones más adelantadas por la izquierda y Suárez comenzaba a caer también a la derecha.

Como hiciese el Leganés tras el 1-0 en el Villamarín una semana antes, el Betis corría el evidente riesgo de dejar expuestos a sus tres defensas al uno contra uno ante rivales como unos tales Luis Suárez (tremendo además bajando balones de espaldas) y Messi. Remisos los delanteros béticos a salir a por Ter Stegen en los primeros minutos, el portero alemán tuvo mucho tiempo para esperar el momento adecuado y colocó varios balones largos peligrosos hacia sus delanteros en los primeros minutos; posteriormente Tello, Joaquín y León sí supieron forzarle a lanzar precipitadamente. Por otra parte el esquema de tres centrales y carrileros aliviaba la exposición defensiva de Francis y Durmisi, no muy fiables ahí, y los emparejaba directamente con los laterales del Barça, lo que ahorraba a los extremos béticos el trabajo de seguirlos. El planteamiento bético funcionó muy bien durante la primera media hora, con Guardado y Mandi relevándose para controlar a Messi según la posición más o menos atrasada de este; el Betis nivelaba la posesión y –poco acertados los delanteros béticos y sin suministro los azulgranas– apenas había ocasiones en ninguna de las dos porterías.

Los problemas llegaron obviamente con el desgaste físico provocado por realizar una presión tan alta ante un equipo que gestiona el balón tan bien como el Barça. Ya durante el último cuarto de hora del primer tiempo, y más a partir del minuto 55, el Barcelona logró alargar sus posesiones, y el Betis, más aculado atrás y –¿desconcentración?– cada vez más lento a la hora de abrirse tras recuperar el balón, comenzó a caer en la presión postpérdida blaugrana. El primer mínimo error en la presión bética, ya menos eficiente, fue duramente castigado: Fabián se dejó coger la espalda por Rakitic y el Barça engarzó una rápida jugada desde atrás que lo puso de gol. Un par de pérdidas de balón del canterano, debidas a la buena presión del Barça, acabaron en un 0-3 logrado con poco más de tres tiros a puerta.

Último cuarto de hora
Boudebouz sustituye a García y el Betis pasa a un 4-2-3-1 con el francoargelino como mediapunta y Joaquín ya en el extremo derecho. El Betis juega con poca fe y el Barça, con un Messi colosal, hace dos goles más en contras rápidas tras recuperaciones en el centro del campo.

Jugador por jugador
Adán: Sigue jugando muy bien con los pies y, aunque cometa pocos errores graves, sigue sin parar casi nada de lo que le llega. En el 0-1 sale mal. 
Javi García: Controló como pudo a Suárez hasta que el Barça se desmelenó.
Mandi: Bien con balón. Mantuvo a raya a Messi durante 45 minutos.
Feddal: El mejor de atrás, como suele, pese a su error en el 0-4.
Francis: Muy aceptable partido, y no lo tuvo fácil ni en defensa ni en ataque.
Fabián: Muy buena primera parte, pero cuando dejó de llegarle sangre a la cabeza comenzó a cometer errores fatales. Más agresivo en defensa de lo habitual, cosa buena.
Guardado: Gran primera hora de partido, de enorme desgaste físico y buen juego con balón. Luego se vino abajo, como todos. Tiene un curioso defecto: le cuesta mucho darse la vuelta para cambiar la orientación del juego.
Durmisi: Partido gris pero efectivo.
Joaquín: Marcó bien a Busquets pero no supo aprovechar una posición muy golosa en ataque.
Tello: El mejor de los de arriba, aunque pisó poca área.
León: Más voluntad que acierto.

Castro: Apenas tocó el balón.
Boudebouz: Frívolo.
Camarasa: Tuvo tiempo de perder el balón del 0-5.

Setién y Sarabia: El equipo recibió la medicina que suele recetar a los rivales: el desgaste de la presión ante un rival que maneja muy bien el balón se pagó al final. En todo caso hubo delante un gran Barcelona, y eso es muchísimo.

Los comentarios son bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara7.

martes, 16 de enero de 2018

Betis 3 - Leganés 2 (19ª jornada de LaLiga)

BETIS (3): Adán; Francis (Tosca, m. 90), Amat, Javi García, Durmisi; Fabián, Guardado; Joaquín, Boudebouz (Camarasa, m. 64), Tello; y Sergio León (Rubén Castro, m. 75).
LEGANÉS (2): Cuéllar; Zaldua, Bustinza, Dos Santos (Rico, m. 23), Raúl García; Amrabat, Brasanac (Gabriel, m. 61), Gumbau, Omar Ramos (Beauvue, m. 85); Eraso y Guerrero
1-0, m. 19: Tello. 2-0, m. 40: Joaquín. 2-1, m. 44: Gumbau. 2-2, m. 70: Eraso. 3-2, m. 83: Rubén Castro, de penalti.
Árbitro: Iglesias Villanueva (Comité Gallego). Amonestó a Boudebouz, Eraso, Cuéllar, Gumbau y Durmisi
42.000 espectadores y buen ambiente en el Villamarín

Cerró la primera vuelta el Betis con un aceptable partido y una apurada victoria ante un buen Leganés. Una vez más los béticos mostraron una tremenda efectividad ofensiva y una preocupante fragilidad defensiva.

Minutos 1 al 20
Renunció a varios titulares el Leganés y se vio obligado a ello Setién (él mismo fuera del banquillo); ante las bajas de sus defensas más fiables (por lesión de Barragán, por sanción de Mandi y Feddal, e incluso por baja forma y futura baja federativa de Tosca y Navarro) el cántabro optó por acentuar su apuesta ofensiva al retrasar al central derecho a Javi García, repetir con el extremo canterano Francis en el lateral y retrasar al mediocentro a Guardado. Boudebouz quedaría como mediapunta y Joaquín y Tello en las bandas del 4-2-3-1 bético.

Enfrente el Leganés, imagen invertida de este Betis –uno de los equipos menos goleadores y menos goleados de la división–, justificaba su fama de equipo muy trabajado tácticamente con un curioso planteamiento, no sabemos si diseñado ex professo para este partido, pero en todo caso muy apropiado para enfrentarse a equipos con altas cuotas de posesión y laterales muy adelantados: durante esta primera fase del partido el Leganés renunciaba al balón, juntaba líneas y jugaba diferentes esquemas en ataque y en defensa: respectivamente un 4-4-2 y un 5-4-1. Veamos.

En las raras ocasiones en que tenían el balón y en las rarísimas en que presionaban arriba los pepineros dibujaban un claro 4-4-2 (en realidad un 2-4-4), con Brasanac y Gumbau como mediocentros, Ramos (derecha) y Amrabat en los costados del centro del campo y Eraso con el punta Guerrero arriba. Por ejemplo, en el saque de centro:


Pero al replegarse intensivamente los extremos Omar Ramos y Amrabat se portaban de diferentes modos: el primero se sumaba por la derecha a la línea de cuatro defensas (ya de cinco) para perseguir hasta el final a Durmisi, mientras que el marroquí no seguía a Francis. El hueco dejado por Omar como centrocampista derecho lo ocupaba un trabajador Eraso para completar el 5-4-1:


No fue algo incidental, o debido a las normales persecuciones de extremo a lateral izquierdo, sino algo sistemático, que alivió de recorrido a Amrabat; el Leganés se evitó así formar una línea de seis atrás como las que suelen verse al defender a equipos con posesiones muy largas y laterales muy altos.

Menos sutil posicionalmente –pese a practicar el fútbol posicional–, el Betis plantó un 4-2-3-1 poco ordenado. En posesión de balón y en principio era Guardado quien asumía el papel de mediocentro posicional y Fabián se colocó una vez más como interior derecho, pero como Boudebouz no se fue al otro interior, vacante –el izquierdo–, sino –por su costumbre querencia natural– al mismo lugar de interior derecho, se acabó formando un notable atasco en la zona mientras el sector contrario quedaba vacío, algo que recordó a tiempos pasados y peores:

Atasco posicional bético en ataque: cinco jugadores en el sector derecho, tres en el eje. Quedan solo dos de campo en el sector contrario.

La única ventaja de tan fea disposición fue que Tello disfrutó de espacios. Es cierto que los tres centrocampistas interiores béticos eran zurdos y con tendencia a jugar a pie cambiado, pero no se entiende que el mismo Setién que hace poco consideraba poco menos que irrenunciable el 4-3-3 descuide ahora formarlo en ataque cuando es perfectamente factible.

Pero el fútbol se debe de ver bien desde un palco: pasados pocos minutos y detectado el desbarajuste Guardado comenzó a pisar terrenos del sector izquierdo y el Betis acabó atacando con un verdadero 4-2-3-1, esto es, con Fabián y Guardado paralelos y por delante de los centrales; aunque esta disposición está llena de defectos, tuvo la virtud (por la propia incomodidad que provoca a los jugadores, que siempre se sienten mal colocados: demasiado cerca de un compañero o en la línea de conducción de un central) de tener en constante movimiento ofensivo a Guardado, Fabián y Boudebouz, lo que ayudó a agitar el sistema defensivo del Leganés.

Con el Lega muy atrás –no presionaba ni en los saques de puerta–, el Betis se instalaba en campo rival, ejercía una excelente presión postpérdida (facilitada por encontrarse el Leganés muy aculado, claro está), alcanzaba cotas enormes de posesión y llegaba con regularidad por las bandas; finalmente el gol caía en una jugada de presión de León.

Minutos 20 al 40
Ya arriba en el marcador, el Betis comienza a amasar el balón en su propio campo para provocar la apertura de líneas del Leganés y con ello la aparición de espacios.

Minutos 16 al 20. Posesión escandalosa a favor del Betis y balón en campo del Leganés.

Minutos 21 al 25. Posesión escandalosa a favor del Betis y balón en campo del Betis.

En principio la cosa funciona muy bien: atraído el Lega al uno contra uno –a costa, claro, de dejar a sus defensas expuestos al mismo riesgo– Joaquín marca en un balón largo pero dirigido de Adán, procedimiento por cierto perfectamente válido en este fútbol (y uno de cuyos maestros es de hecho el portero del City de Guardiola).

Si presionas arriba...

... te expones a la igualdad numérica abajo. 2-0.

Minutos 40 al 70
Pero el Betis peca de exceso de conservadurismo con balón (amasa demasiado el balón atrás sin tomar riesgos casi nunca para salir en ventaja y velocidad), el Leganés alarga sus ataques y una vez más la defensa estática del Betis, siempre blanda por dentro, concede dos goles, si bien no faltan ocasiones béticas para cerrar el partido. Los visitantes machacan el costado derecho del Betis, en el que Amrabat abusa de su superioridad física para bajar una y otra vez pelotazos ante Francis.

Minutos 70 al 90
Pese al buen resultado de su presión alta, o tal vez cansado por ella, el Leganés vuelve a encerrarse como al inicio y el Betis asedia su portería, de nuevo con balones cruzados que rara vez encuentran rematador. En uno de ellos llega el penalti y el gol del hijo pródigo.

Jugador por jugador
Adán: Su mejoradísimo juego de pies (asistencia incluida) oculta un día más su mediocre temporada bajo palos: se traga el primer gol, y lo sabe (observen su abatimiento tras recibirlo).
Francis: Muy bien en ataque (penalti incluido) pero muchos apuros en defensa, y es que su ligereza física es una ventaja en general pero un grave defecto para ser zaguero si te cuerpean, como hizo Amrabat. Tiró mal el fuera de juego (y luego resbaló) en el 2-2. En suma: tiene calidad y voluntad, pero está muy verde para ser lateral del Betis.
Amat: Otro buen partido, con y sin balón. Y esta vez no lo expulsaron.
García: Partido serio.
Durmisi: En suave línea ascendente.
Fabián: Delicioso con balón, aunque tiene mucho que mejorar en defensa. Volvió a rehuir el choque.
Guardado: Partido poco lucido pero muy constante. Necesita físico a su lado.
Joaquín: Muy buen partido. Está sorprendentemente fuerte en lo físico. Su control con la cabeza y su potencia en la carrera del 2-0, excelentes.
Boudebouz: Da mucha fluidez al juego y se le ve mucho más cómodo, pero en la privilegiada posición de mediapunta hay que aportar mucho más que una asistencia de vez en cuando.
Tello: Está en muy buena forma física. Más goles, algo importante en su puesto.
León: Sorprende el hipercriticismo de una parte de la afición hacia un jugador que pelea todo (y su pelea produce), llega a casi todo y ha metido seis goles en media temporada.

Camarasa: Poquito, como siempre, y eso que el partido se le puso a favor, con campo abierto.
Rubén Castro: Su esperadísimo regreso acabó de la mejor manera posible, aunque antes falló una de las que no suele. Probablemente hará juchas medias horas y cuartos de hora en los próximos partidos.
Tosca: Aparición testimonial.

Equipo técnico: Sigue sin dar con la tecla defensiva, aunque esta vez tenía la excusa de las bajas.

El detalle: Probablemente hubo consigna de hacer pocas faltas cerca del área, y surtió efecto.

Los comentarios son bienvenidos y suelen ser contestados. En Twitter, @juanramonlara7.

domingo, 7 de enero de 2018

Sevilla F.C. 3 - Betis 5 (18ª jornada de LaLiga)

SEVILLA F.C. (3): Sergio Rico; Corchia (Sarabia, m. 84), Kjaer, Lenglet, Escudero; N'Zonzi, Banega; Navas, Franco Vázquez (Correa, m. 56), Nolito (Muriel, m. 68); y Ben Yedder.
BETIS (5): Adán; Barragán (Francis, m. 15), Mandi, Feddal, Durmisi; Fabián (Camarasa, m. 75), Javi García, Guardado; Boudebouz, Sergio León y Joaquín (Tello, m. 59).
Goles: 0-1, m. 1: Fabián. 1-1,m.12: Ben Yedder. 1-2, m. 21: Feddal. 2-2,m. 39: Kjaer. 2-3, m. 62: Durmisi. 2-4, m. 64: Sergio León. 3-4, m. 66: Lenglet. 3-5, m. 94: Tello.
Árbitro: Gil Manzano (Comité Extremeño). Mostró tarjeta amarilla a Banega, Escudero, Lenglet, Adán, Mandi, Feddal, Francis, Tello y Sergio León.
40.000 espectadores en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán, con presencia ruidosa de béticos.

Como emocionante, magnífico, espectacular e histórico puede calificarse el partido jugado ayer en el Sánchez Pizjuán. Pasada la emoción nos ocuparemos aquí del buen encuentro de los béticos, que como mejor noticia táctica dejan una prometedora mezcla de, por un lado, concentración, intensidad y agresividad, sobre todo en las áreas, muy al viejo estilo de Serra Ferrer; y por otro lado buen trato de balón y fútbol posicional al estilo de Setién. La mala noticia táctica es la reiteración de los problemas del sistema defensivo bético, compensados de nuevo por un extraordinario (¿o es ya ordinario?) acierto de cara a la puerta contraria.

Primera parte
Difícil era para el banquillo bético (ocupado por el preparador físico) prever la disposición táctica del novísimo Sevilla de Montella, por falta de partidos que estudiar. Con la importante (por irreemplazable) baja del mediocentro Pizarro, el italiano arriesgó con un 4-2-3-1 de poco porte físico, con N'Zonzi (semanas sin jugar) y Banega como doble pivote, el mudo Vázquez en la mediapunta y Navas y Nolito en bandas. Tal centro del campo era un arma de doble filo: probablemente muy productivo en ataque, pero también permeable ante los ataques rivales y (pese al esfuerzo de Banega) poco apropiado para la presión alta; en efecto, sabedor de que esta sería insostenible ante un equipo de buen toque como este Betis, el Sevilla esperaría al Betis atrás mientras el marcador fuese en empate.

El Betis salía también con un 4-2-3-1, que en defensa era más bien un 4-4-2: León y Guardado arriba, y Fabián (derecha) y García tras ellos, en paralelo. Con buen criterio, en ataque se deshacía ese doble pivote, pues García era mediocentro único y Fabián y Guardado hacían de interiores, aunque el canterano tenía libertad para meterse a la derecha de los centrales en la salida de balón. La sorprendente presencia de Boudebouz mandó a Joaquín a la habitual banda izquierda de Tello (para disfrute, por cierto, de Durmisi).

La primera parte cambió su discurrir por tramos, en función del marcador. En los escasos minutos (12 al 21, sobre todo) en que hubo empate el Sevilla esperó al Betis en un 4-4-2 cerrado, con bloque medio-bajo. Pero mientras fue por debajo en el marcador (doce minutos iniciales y desde el 21 hasta prácticamente el final de ese tiempo) presionó arriba; a costa de deterioro físico (pues los béticos, con buen criterio, apuraron siempre las posesiones y atrajeron rivales hacia el balón para desgastarlos), el Sevilla logró en algunos pasajes asfixiar la salida bética, sobre todo por una banda derecha visitante en la que faltaba velocidad y amenazar la espalda de la defensa rival, como ya sucedió, con una alineación muy similar, ante el Girona.

Durante esta primera parte el Betis llegó muy pocas veces, aunque con mucha claridad, a la puerta sevillista. En cambio, recibió un goteo constante de llegadas a su área debidas, una vez más, a un problema recurrente en el sistema defensivo bético desde el inicio de temporada: el enorme espacio entre sus dos líneas traseras y la consecuente facilidad con que reciben y se giran ahí los rivales. Tal problema, a su vez, se debe sobre todo a la descoordinación de los centrocampistas béticos a la hora de presionar la salida de balón rival. Veámoslo con algún detenimiento.

Como es sabido se puede presionar (o cerrar) la salida de balón rival de dos modos: bien arriesgando a ir hombre a hombre, o bien guardando un defensa de más a costa de dejar en inferioridad numérica a tus delanteros para ensuciar la salida rival. Ante el feo 4-4-2 de pivotes paralelos del Sevilla resultaban estas opciones:

Cierre conservador

Presión de riesgo: hombre a hombre

La primera opción tolera, obviamente, posesiones más largas del rival, pero un 4-4-2 cuadrado como ese del Sevilla distancia mal a los jugadores y obstaculiza las salidas de los propios centrales, así que ambas opciones eran válidas. El Betis quiso realizar la segunda, una presión alta en 4-.4-2, que no debe permitir pensar al rival pues corre el riesgo de separar mucho tus propias líneas defensivas y de exponerse al hombre a hombre en todo el campo. Como vemos en las siguientes imágenes el Betis no solo dejó pensar al rival (particularmente a Banega), sino que cometió errores de todo tipo en la asignación de marcas, en particular por parte de Boudebouz; se permitieron así pases muy fáciles entre líneas. Entre los errores más llamativos hubo presiones con hombres de más (tres contra dos, por ejemplo), que son innecesarias y provocan obviamente hombres libres a la espalda del mediocampo e inferioridad numérica en defensa.


Error 1: extremos mal situados que dejan libres a los laterales. Boudebouz se adelanta innecesariamente (ya se ha logrado el dos contra dos arriba).
Error 2: Banega la tiene con tiempo para pensar. Fabián ni le sale ni toma al de su espalda, que queda libre. Boudebouz sí trata de salirle, pero a costa de abandonar al suyo, Escudero.


Error 3: los tres mediocampistas interiores béticos dejan de nuevo que Banega piense mientras dejan a sus espaldas igualdad (casi inferioridad) numérica; de hecho García está haciendo aspavientos a Fabián para que salga.

Error 4: Boudebouz corre voluntariosamente hacia Lenglet, que corresponde a León (otra vez el dos contra dos estaba ya hecho), y se deja a Escudero libre.

Error 5: una vez más los dos pivotes béticos llegan tarde a estorbar a N'Zonzi y Banega, pero a la vez dejan espacio a sus espaldas: dos hombres libres entre líneas.


Error 6: ver error 4.

No pretendemos decir que sea fácil evitar estos errores de coordinación ante rivales que hagan buenos movimientos, y menos ante un Sevilla cuya plantillla triplica el valor de la bética y que arriesgó muy ofensivamente al poner la calidad de Banega en la salida de balón, pero lo cierto es que el problema de la distancia entre líneas y la facilidad de los rivales para recibir ahí con tiempo para girarse es recurrente y más atribuible al centro del campo bético que a una defensa que todo lo más puede tomar más riesgos a la hora de tirar el fuera de juego y salir a la anticipación; bastante trabajo tuvieron ayer los cuatro de atrás con desaguar la avalancha de llegadas, por lo que merecen mención especial Durmisi, que fue encarado mil veces sin ayuda por Navas, y Feddal, colosal al corte en los balones cruzados. Francis, una carta arriesgadísima que salió buena, cumplió en defensa aceptablemente; la alternativa ante la lesión de Barragán, probablemente peor, era cambiar de posición a tres o cuatro jugadores (Mandi al lateral, García a central, Guardado al mediocentro...).

Minutos 45 al 75
Tras pasar graves apuros al final del primer tiempo el Betis nivela el partido e incluso se hace con su control gracias a varios sutiles detalles: Setién, probablemente harto de los errores de marca y las pérdidas en banda de Boudebouz, lo permuta con Guardado, que pasa a ser teórico extremo derecho; el Sevilla, con N'Zonzi, Banega y Vázquez fundidos, es incapaz de mantener el fortísimo ritmo de la primera parte, y gracias a ello Fabián toma posesión del balón y del centro del campo; Banega se cambia a ratos al perfil derecho, donde se encuentra a García y tiene peor salida natural; y los centrales béticos acuden con más agresividad a impedir las recepciones entre líneas de los puntas blancos.

Pronto Correa sustituye a Vázquez como segundo punta y Tello, cuya velocidad será decisiva, a Joaquín con extremo izquierdo. El centro del campo sevillista entra en reserva física gracias al paciente toque bético (como, por cierto, sucediese a la inversa en el Villamarín en el derbi de la temporada pasada ante el toque del Sevilla de Sampaoli) y llegan consecutivamente dos brillantes goles del Betis, el primero tras una típica y larga jugada colectiva, y uno del Sevilla, como siempre ayer tras colgar un balón a la olla. Muriel entra por Nolito y manda a Correa a la banda izquierda. Tras los goles el Betis mantiene varias largas y meritorias posesiones durante diez minutos, en las que la frialdad de Adán y García y el toque de Fabián son fundamentales.

Minuto 75 al final
Camarasa entra por un fundido Fabián. El Betis da un paso atrás (Boudebouz marca ya claramente a un mediocentro sevillista), junta líneas y el partido entra en modo agónico, con un Betis muy cerrado que pierde tiempo, lo despeja todo y pasa apuros a balón parado –comete demasiadas faltas durante todo el partido–. El Sevilla arriesga muchísimo y tras varias jugadas al borde del abismo es ultimado a la contra.

Jugador por jugador
Adán: Pese a las críticas apenas cabe achacarle un par de errores en las salidas por alto (uno, cierto, gol). Muy bien con los pies, algo importantísimo en este modelo de juego.
Barragán: Duró muy poco. Baja peligrosa.
Mandi: Bien con balón pero poco presente sin él. Falla poco pero la comparación con Feddal evidencia sus limitaciones como defensa.
Feddal: Memorable partido.
Durmisi: Tal vez su mejor partido esta temporada, lo que tampoco es mucho decir. Cuando está muy concentrado y lo encaran simplemente en uno contra uno, sin más complejidades, puede defender incluso muy bien, como ayer ante las mil veces que lo probó Navas. Además fue decisivo en dos goles.
Fabián: Tras su gol inicial y varias pérdidas fue creciendo hasta convertirse en el amo del centro del campo. Muy buena media hora en la segunda mitad.
García: Buena segunda parte con balón. Debe mejorar en defensa; esperemos que lo haga cuando recupere forma física.
Guardado: No anda bien físicamente y se le nota. Tira de calidad y de inteligencia, pero ha bajado mucho.
Boudebouz: Estuvo muy trabajador, pero en la banda sufre: se equivocó en defensa y cometió pérdidas peligrosas. Mejor como mediapunta en la segunda mitad. Debe aprender a arriesgar menos: en este modelo de juego él no es la figura que tiene que buscar el pase imposible y el regate artístico, sino un eslabón más de la cadena de toques, como en el 2-3.
León: Partido de poco lucimiento pero de mucho mérito. Buscó la espalda de la defensa con desmarques constantes, bajó balones, defendió y marcó.
Joaquín: Implicado y acertado.

Francis: Partido muy meritorio. Bien con balón, lo que (escenario aparte) se le podía suponer, y cumplidor en defensa en un puesto que, al menos por lo visto en el filial, no suele ser el suyo.
Tello: Decisivo. Su velocidad castigó por dentro a un sistema defensivo del Sevilla que ya estaba en luces rojas.
Camarasa: Tapó.

Setién (Álvarez): Si logra mejorar la defensa posicional, eterno problema, puede cuajarle esa esperada mezcla de equipo de toque con intensidad en la pelea y concentración máxima en las áreas.

Los comentarios son siempre bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara7.