martes, 30 de abril de 2013

Betis 1 – Deportivo de La Coruña 1 (33ª joprnada de Liga de Primera División)

BETIS (1): Adrián; Chica, Amaya, Perquis (Mario, 55), Nacho; Campbell (Juan Carlos, 65), Cañas, Beñat, Vadillo (Pabón, 46); Rubén Castro y Jorge Molina.
RC DEPORTIVO (1): Aranzubia; Manuel Pablo, Kaká, Aythami, Silvio; Juan Domínguez, Abel Aguilar; Bruno Gama, Valerón (Nelson Oliveira, 78), Pizzi (Camuñas, 91); y Riki (Ze Castro, 81).
Goles: 0-1: Min. 6, Riki. 1-1: Min. 49, Jorge Molina. Árbitro: Jesús Gil Manzano. Amonestó a los locales Cañas, Vadillo, Campbell, Chica y Nacho; y a los visitantes Aythami, Abel Aguilar, Pizzi y Ze Castro.

El Betis y el Deportivo empataron ayer un partido flojo por parte de los locales y tan descontrolado como otros muchos disputados este año en el estadio del Betis.

Primera parte
La puesta en escena de los béticos calcó la de la primera parte del reciente derbi, aunque por fortuna las consecuencias no fueron tan catastróficas como entonces. Los béticos intentaron de nuevo la presión alta con parejas uno contra uno en todo el campo, la defensa bien adelantada y uno de los centrales (Perquis esta vez) acudiendo al centro del campo a la anticipación; de nuevo el problema fue que esa presión no fue lo suficientemente intensa, los rivales consiguieron sacar el balón jugado (entonces a base de pelotazos sobre Negredo, ayer por combinación) y eso enfrentó a los defensas béticos a contragolpes sucesivos en igualdad numérica, que pudieron causar un estropicio en el marcador. Como entonces, el gol en contra llegó en un contraataque depués de un córner, algo independiente de lo anterior y difícilmente aceptable.

La falta de intensidad de la presión privó además al Betis del contragolpe, su única forma de llegar a puerta en ese primer tiempo, pues Mel confirmaba en la alineación la –difícilmente comprensible– novedad intuida por algunos periodistas durante la semana: Pabón quedaba fuera del equipo. Sin el colombiano, único jugador que hace movimientos útiles en la mediapunta (especialmente laterales), el ataque bético se reducía a los intentos de uno contra uno (o contra dos, más bien) de Vadillo y Campbell, muy abiertos, y a algún balón bajado por Molina en la mediapunta. Castro quedaba aislado del mundo arriba, y el estatismo general y la pertinacia de Beñat y Cañas en eliminar compañeros en el inicio de la jugada convertían el mal trabajado ataque estático del Betis en un ejercicio aburrido y previsible, parecido a uno de balonmano pero con la portería a cuarenta metros.

Mediado este primer tiempo Vadillo y Campbell se permutaron bandas para pasar a jugar a pie natural.

Primeros veinte minutos de la segunda parte
Como hemos visto en alguna ocasión, la presión adelantada requiere –además de buen trabajo táctico– un esfuerzo físico brutal, para sostener el cual hay varias posibilidades:
- Que tu equipo esté lleno de superdotados en resistencia, caso en el que no estaba ayer el Betis, y menos sin Nosa: en el 4-4-2 (o 4-2-4 inicial) sólo Cañas era un fondista nato.
- Que la posesión esté abrumadoramente desequilibrada a tu favor por superioridad técnica, en cuyo caso bastan esfuerzos cortos para recuperar el balón: caso del Barça de Guardiola o del Betis de Mel en Segunda, pero no de este equipo, ni de casi ninguno.
- Que no hagas ese esfuerzo, como ayer en la primera parte o en la del Sevilla, con los resultados comprobados.
- Que lo hagas y se te acaben las pilas a los veinte minutos.

Este último (que por cierto uno supone que debe de ser el plan de Mel en los partidos así planteados, pero que sólo funciona si te pones en ventaja pronto, como ante el Málaga) fue el plan de la segunda parte. Aunque Mel mantuvo, sorprendentemente, a Campbell en el campo y prescindió de Vadillo, la entrada de Pabón reactivó el ataque bético, a costa de mandar a Castro a la banda derecha. El colombiano hizo que Molina se adelantase y además la presión funcionó mucho mejor porque el equipo se la tomó con más fe. Las ocasiones llegaron casi en catarata, y con ellas el gol.

Últimos veinticinco minutos
El Betis se desfonda y su presión sólo funciona a ratos gracias a los enormes riesgos que toma en cada balón dividido y a que la lentitud de Valerón (ya no sólo física, sino también mental) y la falta de calidad arriba de los gallegos no castigan los espacios dejados por los béticos; además los visitantes hacen tarde sus cambios, de modo que notan también el cansancio. El equipo local se parte por la mitad, el miedoso Deportivo se conforma con el empate (¿para qué querrá el normalmente inteligente Vázquez un punto cuando quedan cinco jornadas y su equipo tiene 31?) y el partido acaba sin grandes sustos.

Jugador por jugador
Adrián: La grada no le transmitió sus nervios y salvó varias veces al equipo de recibir el segundo gol en la primera parte. Su pérdida, hay que insistir, sería grave.
Chica: No se proyectó mucho, pero –aunque fuera a veces a costa de recular– mantuvo a raya a Pizzi, que le encaró cien veces, y cerró siempre bien su lado: está para defender.
Amaya: Un poco descentrado en el primer tiempo, luego empujó mucho.
Perquis: Motivadísimo, fue muy bien de cabeza a la zona de mediapunta rival a barrer balones largos. Su empeño en jugar al límite le pasó otra vez factura.
Nacho: Empezó muy mal, y fue el culpable directo del 0-1, en el que permitió a Riki salir por su lado justo cuando Amaya ya hacía el dos contra uno, en un fallo muy impropio de su inteligencia. Luego se rehizo y cumplió sin más.
Campbell: Cada vez parece menos, y sigue sin acabar casi nada. No anda fino y se enreda en jugadas en inferioridad lejos de la portería.
Cañas: Mejoró también en la segunda parte, en el juego a campo abierto, tras una primera algo desubicado.
Beñat: Gran partido, pese a que el correcalles no le favorece. Cuando no esté, muchos echarán de menos su pasmosa facilidad para poner docenas de balones largos de precisión milimétrica. Pudo marcar en dos faltas bien tiradas. Tan sólo se le puede censurar, como en otros partidos, que dimita de algunas jugadas defensivas: abandona a sus pares cuando se acercan a la línea de defensa propia, sin mirar si alguien le toma o no el relevo.
Vadillo: Muy vertical, siempre da sensación de poder desbordar, aunque, como es natural, no siempre le salga.
Molina: El mejor. Se pegó un festín ante los centrales deportivistas –menos fuertes que él y, sin embargo... lentos–, a los que ganó en todos los terrenos.
Castro: Mal, pese a las facilidades que le daban. Nunca alterna posiciones con Molina, y así le caen pocos balones. En la segunda parte al menos participó más en el juego.

Pabón: Las pilas le duraron quince minutos, pero en ellos hizo más que otros en noventa.
Mario: En un partido muy apropiado para sus maneras ayudó a encerrar al Deportivo y apenas cometió error alguno.
Juan Carlos: Nada.

sábado, 20 de abril de 2013

Real Madrid 3 - Betis 1 (32ª jornada de Liga de Primera División)

REAL MADRID (3): Diego López; Nacho, Carvalho, Albiol, Marcelo (Varane, m. 14); Casemiro, Modric (Pepe, m.62); Callejón, Özil, Ronaldo; y Benzema (Higuaín, m. 72).
BETIS (1): Adrián; Chica, Paulão, Amaya, Álex Martínez; Cañas (Rubén Pérez, m. 67), Beñat; Campbell (Vadillo, m. 59), Nosa (Molina, m. 46), Rubén Castro; y Pabón.
Goles: 1-0, min. 44: Özil. 2-0, min. 56: Benzema 2-1, min. 71: Molina (p) 3-1, min. 90: Özil.
Árbitro: Álvarez Izquierdo (Colegio catalán). Mostró tarjeta amarilla a Cañas, Nacho, Higuaín y Cristiano Ronaldo.
Incidencias: Unos 65.000 espectadores en el Santiago Bernabéu, entre ellos 500 seguidores visitantes.

El Betis ha jugado hoy un buen partido en el Bernabéu y ha estado cerca de llevarse algún punto ante un Madrid distraído por su compromiso del próximo martes.

Primera parte
Mourinho hizo jugar un equipo lleno de suplentes de mitad de campo hacia atrás, pero con casi toda su dinamita arriba: el central del Castilla Nacho parte como lateral derecho, Carvalho y Albiol son los centrales y debuta Casemiro en el mediocentro junto a Modric, éste a su izquierda. Pero arriba sí están Özil, Crisitano y Benzema, formando el 4-2-3-1 habitual.

El planteamiento de Mel buscó, como suele, hacer jugar a contraestilo al rival, y además acertó al desactivar la vía de salida natural del local, Modric. Para ello ubicó a Nosa (esperada novedad en sustitución de Juan Carlos) no como centrocampista de banda izquierda –cosa que hizo en Granada– sino de mediapunta, con la misión de cerrar al cerebro croata. A cambio Castro se tiraba a la izquierda (cosa en principio poco arriesgada en defensa pues pocas subidas se esperaban de Nacho). Así pues Pabón quedaba como único delantero y debía cerrar a los dos centrales, mientras Cañas y Beñat se encargaban de Özil y Casemiro.

El Betis cede el balón, espera al local en el centro del campo y, con una defensa que arriesga bastante al tirar el fuera de juego, junta mucho las líneas. Como en el partido de ida, el Madrid tiene problemas para crear fútbol ante esa defensa cerrada, y más con Nosa tapando campo en el origen de la jugada y con laterales incapaces de progresar, lo que facilita
al Betis el cierre de líneas de pase por dentro. El Madrid cae en fuera de juego cuando juega en largo y sólo encuentra una vía gracias a la movilidad de Özil, el verdadero playmaker de este equipo, que inteligentemente huye de Cañas y busca las espaldas de Beñat en el sector derecho del ataque blanco.

Tras la lesión de Marcelo al intentar dar una patada infame a Pabón– Mourinho mete un cuarto central, Varanne, en el lateral izquierdo. Vista su mala adaptación le permuta bandas con Nacho, y ahí sí encuentra Varanne un hueco en la defensa bética, que Mel tapa rápidamente enviando a Pabón a esa banda; Castro queda como delantero. El Betis, con Beñat muy activo, bastante suelto y escalonado entre Cañas y Nosa, suelta contras cada vez más peligrosas gracias a la movilidad de Pabón y Rubén, pero cerca del descanso cae un gol del Madrid.

Segunda parte
Mel retira a Nosa y mete arriba a Molina, aunque el Betis adelanta poco las líneas. Sin hacer grandes méritos (tampoco suele necesitarlo) el Madrid hace el segundo. Vadillo entra como extremo izquierdo por Campbell y manda a Pabón a la banda derecha. Mourinho imita la obra culminante de su maestro Clemente (Dublín, año 1993) y mete en el campo un quinto central, Pepe (y no contamos a Casemiro, que tiene pinta de tal), por Modric, tocado. El Madrid se relaja y hace el pésimo fútbol que uno puede esperar de semejante elenco, los dos equipos (poco ambicioso el Betis) parecen irse del partido, una tarjeta y un despiste cuestan la sustitución a Cañas, y entonces el Betis marca en una contra, se lo cree, llega mucho por la derecha y pone al Madrid contra las cuerdas.

El Betis falla una jugada muy clara y el tercero del Real baja el telón. Puede caer alguno más.

Jugador por jugador
Adrián: Como suele ocurrirle los días de días, se le notó nervioso como torero que debuta en las Ventas. Lo puso fácil en los dos primeros goles, muy complicados en todo caso.
Chica: Muy buen partido. Sujetó a Cristiano y tuvo fuerzas para subir.
Paulão: Sufrió un feo e impune
plantillazo al inicio: mañana tendrá el tobillo muy hinchado. Tuvo ciertos problemas con la línea de fuera de juego, como en el 1-0. Ayudó a parar a Cristiano.
Amaya: Bien en general, aunque la velocidad de los madridistas también le provocó algún apuro.
Álex Martínez: Corresponsable del importante 1-0; defendió aceptablemente y jugó bien el balón.
Cañas: Le perdió a ratos la pista a Özil (¿debió permutar posiciones con Beñat?) y estuvo a veces lento con balón, pero mantuvo bien el tipo.
Beñat: Muy buen partido. Desplazó la pelota
con sentido en largo y en corto, y corrió mucho y bien.
Campbell: Como tantas veces, trabajó mucho y amagó más que pegó.
Nosa: Bien sin balón, pero demasiado conservador con él. Cuando juega de mediapunta con el equipo metido atrás suele recibir de espaldas con mucho espacio, y entonces debe darse media vuelta, no devolverla siempre hacia atrás y juntarse con los mediocentros.
Castro: Algo negligente en defensa como extremo, se movió bien arriba pero no está en racha ante el gol. Provocó un penalti.
Pabón: Otro buen partido, que no fue muy bueno porque al final falló la más fácil y más importante. Es una pesadilla para las defensas rivales, y su posición (más Cristiano) dejó una autopista a Chica en el segundo tiempo.

Molina: La pidió bien en la mediapunta y fue decisivo dos veces en la jugada del gol. Le faltó cazar algún centro cruzado, que muchos hubo.
Vadillo: Como Campbell, pareció jugar bien pero acabó poco.
Pérez: Hizo bien de Cañas y ayudó a empujar.


P.S.
Mientras los cinco defensas centrales del Real Madrid volvían a los vestuarios el Barcelona se aprestaba a jugar contra el Levante sin uno solo en su alineación.

sábado, 13 de abril de 2013

Betis 3 - Sevilla F.C. 3 (31ª jornada de Liga de Primera División)

BETIS (3): Adrián; Chica, Paulão (Nosa, min. 81), Amaya,  Álex Martínez; Campbell (Vadillo, m. 64), Cañas, Beñat, Juan Carlos (J. Molina, m. 46); Rubén Castro y Pabón.
SEVILLA F.C. (3): Beto; Coke, Botía, Fazio, Alberto Moreno; Medel, Kondogbia (Maduro, min. 84); Navas, Rakitic, Reyes (Perotti, m.68); y Negredo (Manu del Moral, min.90).
Goles: 0-1, min.6, Rakitic. 0-2, min. 17, Rakitic. 0-3, min. 32, Negredo 1-3, min. 42, Pabón 2-3, min. 52, R. Castro (p). 3-3, min. 89, Nosa.
Árbitro: Carlos del Cerro Grande (Colegio madrileño). Mostró tarjeta amarilla a Beñat, Amaya, Álex Martínez, Cañas, Campbell, Fazio y Alberto Moreno. Expulsó por tarjeta roja directa a Medel (min. 54).
Otras informaciones: Unos 48.000 espectadores en el Benito Villamarín.

Fue apasionante y muy interesante tácticamente el derbi jugado ayer en el Villamarín. Lo analizaremos en tres fases.

Del inicio al minuto 35
Las alineaciones de los dos equipos se daban por sabidas días antes del partido, y en consecuencia los esquemas iniciales (4-4-2 y 4-2-3-1 respectivamente), pero sí producía ciertas dudas la elección de terrenos que haría Mel, que tenía razones tanto para ir arriba a la presión (psicológicas y sociales, entre otras: tras el 5-1 era difícil vender un Betis a la espera en casa) como para jugar al contragolpe (más adecuado a la alineación bética).

Mel eligió la presión adelantada y el resultado fue un desastre: durante los primeros treinta y cinco minutos el Sevilla, sin hacer un fútbol de alta escuela, tuvo cuatro o cinco ocasiones muy claras, y tres de ellas acabaron dentro.

En efecto, el Betis de esta temporada alterna partidos y momentos de presión alta (los menos) con los de líneas atrasadas. El primer sistema defensivo se construye de adelante atrás, y el objetivo principal es robar el balón, y mejor cuanto antes y más arriba; el segundo se construye de atrás adelante, y se trata de evitar que el rival llegue a puerta, y esperar su error para recuperar el balón. Para saber cuál de los dos métodos está usando el Betis basta mirar a Cañas: si se empareja con el segundo delantero rival, es que el Betis está esperando; si lo hace con uno de los dos mediocentros (Beñat va siempre con el otro) es que el Betis va arriba a robar, y ese fue el caso ayer.

El defecto de este sistema (véanse los problemas que tiene hoy su gran modelo, el Barça, y compárese con el otro, en el que los centrales están siempre en superioridad numérica contra un solo delantero) es que si el rival supera esa línea de presión se encuentra arriba con ataques en igualdad numérica (tres contra tres, cuatro contra cuatro); el segundo delantero queda suelto –ayer Rakitic– y, si nadie lo arregla, uno de los centrales tiene que salir a por él. Si además los cuatro de arriba son los mejores del rival y tu equipo no hace la presión con la intensidad debida –...y que las pilas duren lo que duren–, el partido se convierte en un suplicio.

Eso le ocurrió al Betis ayer: sus mediocentros apretaron a los rivales (¿alguien recuerda si Kondogbia y Medel estuvieron bien con balón?), pero los cuatro hombres de arriba no presionaron con intensidad y permitieron a Fazio jugar en largo con comodidad hacia Negredo (algo que al Betis ya le ha ocurrido en más ocasiones cuando intenta defender así). Con Cañas y Beñat lejos, los cuatro atacantes del Sevilla encontraron tiempo y muchos espacios ante cuatro defensas adelantados y no especialmente rápidos: como le sucedió al Granada una semana antes precisamente ante el Betis, se presionaba a los malos (los mediocentros del Sevilla no son virtuosos del balón) y se dejaba jugar a los buenos, y este error se pagó muy caro. Probablemente la discusión se derivará hacia si es posible jugar con dos delanteros y dos extremos; lo es, pero para jugar al contragolpe. La presión alta requiere mucho esfuerzo de los de arriba y un mediocentro que tape más campo que Beñat, y ayer no se dio ninguna de esas dos condiciones.

En ataque el Betis, apretado por un Sevilla más intenso, sólo a veces lograba hacer circular el balón por abajo. En largo, con dos bajitos arriba, sólo Juan Carlos ganaba algunos saques, pero cuando la presión obligaba a jugar globos todos eran, naturalmente, para el rival.

Del minuto 35 al 55
El Sevilla se suicida. Es natural que se cansara y diera un paso atrás, pero menos lo es que Medel perdiera un balón tonto, que Fazio hiciera a Molina un placaje de rugby americano o que Medel, otra vez, se buscara la expulsión.

Minuto 55 al final
Mel arriesga con los cambios y acierta de pleno. Primero elimina al inoperante Juan Carlos y echa a la banda derecha a Castro, pasando a Campbell a la izquierda. Luego Vadillo ocupa la banda de este. El Sevilla había recompuesto su esquema a un 4-4-1. El Betis llegaba por las bandas (buenos cambios de juego de Beñat, subidas de Chica por la derecha, ya con Rubén casi de delantero, y muy vertical Vadillo por la izquierda), pero los centrales sostenían al Sevilla. Por dentro Beñat y sobre todo Cañas cometían el mil veces comentado error de venir a pedirla al pie a los centrales y no escalonarse entre líneas, lo que ahorraba apuros a un Rakitic rebasado como mediocentro.

Mel acierta de nuevo: quita un central (sobraban casi los dos), retrasa a Cañas y Nosa sí se adelanta a una posición de interior. Emery ayuda: deja en el campo a Rakitic y elimina a Kondogbia. Tras mil barullos llega el 3-3.


El Betis, un derbi más, acaba con el depósito más lleno que el del rival.

Jugador por jugador

Adrián: Como en la ida, un gol tempranero (esta vez en muy claro error suyo) le alteró los nervios.
Chica: Se proyectó bien en ataque, pero tuvo responsabilidad directa en los dos primeros goles del Sevilla.
Paulão: El árbitro le perdonó una tarjeta en la primera jugada pero jugó como si se la hubieran enseñado.
Amaya: Como su compañero, aunque tal vez menos, pasó problemas con Negredo, que a campo abierto los superó muchas veces.
Martínez: Bien. Como en la ida, mantuvo a raya a Navas (un jugador sobrevalorado en ataque y minusvalorado en defensa) y subió correctamente. Tiene mucho futuro.
Campbell: Comenzó muy bien pero se diluyó con los goles del Sevilla.
Cañas: Le ordenaron ir arriba a la presión y se formó un lío a sus espaldas. Con el avance del partido mejoró mucho. En el otro fútbol, mucho más listo que hace dos semanas.
Beñat: Como hemos explicado alguna vez, jugar de volante con un mediocentro detrás y obligado a la presión alta es un trabajo demasiado exigente para su físico (y para el de casi cualquiera). Por desgracia Mel y Stosic decidieron a inicios de año blindarlo defensivamente por detrás, no por delante. Probablemente iba a ser cambiado cuando la expulsión de Medel viró el partido hacia su estilo: cuando la tiene el Betis Beñat disfruta.
Juan Carlos: Como hace dos semanas, tres saltos de cabeza y poco más.
Castro: Debió presionar más, y además, extrañamente, desperdició varios balones francos en el área. Mejoró en el segundo tiempo.
Pabón: El mejor de nuevo: se cocinó un gol y dio otro. No para de ofrecerse y es fino en el remate.

Molina: Dio una salida al equipo y provocó un penalti.
Vadillo: Va para extremo caro.
Nosa: Progresa adecuadamente, y en su caso el techo está muy lejos. Era muy necesario cuando entró. Por condiciones físicas (altura, potencia y recorrido) debe habituarse a entrar a rematar, como hizo en el 3-3.


El detalle
Poco faltó para que cayera el cuarto en alguno de los muchos balones que los sevillistas colgaron a balón parado sobre el área bética. Este problema en los derbis no se arregla.

sábado, 6 de abril de 2013

Granada 1 - Betis 5 (30ª jornada de Liga de Primera División)

GRANADA (1): Toño; J. Ortiz, Iñigo, Mainz, Siqueira; Iriney (Ighalo, min. 46); Torje (Buonanotte, min.46), M. Rico, Brahimi, Nolito; y Aranda.
BETIS (5): Adrián; Chica, Paulão, Mario (Perquis, min.46), Álex Martínez; Vadillo (Ángel, min.65), Rubén Pérez, Cañas, Nosa; Pabón (J. Molina, min. 62) y Rubén Castro.
Goles: 0-1, min.30: Rubén Castro. 0-2, min. 32: Rubén Castro. 0-3, min.34: Íñigo López (p.p.). 0-4, min. 52: Pabón. 1-4, min. 72: Aranda. 1-5, min. 84: Ángel.
Árbitro: Pérez Lasa (Colegio vasco). Mostró tarjeta amarilla a Brahimi, Buonanotte, Nosa y Ángel. Expulsó a Siqueira por doble amonestación (min. 78).
Incidencias: unos 18.000 espectadores en el Nuevo Estadio de Los Cármenes.

Partido extraño el de hoy en Granada: cierto es que el Betis ha dado sensación de control siempre, incluso cuando era cercado, pero también es justo reconocer se llevó un resultado excesivo gracias a cinco minutos locos.

El Betis empezó a tirar el partido desde el lunes pasado, cuando Beñat, Campbell y Amaya se autoeliminaron con la vista en el derbi. Nacho fuera, Mel prescinde además de Juan Carlos y Molina, resultando así un equipo lleno de suplentes. El ataque de entrenador culmina con una media ultradefensiva en la que Rubén Pérez y Cañas (la pareja del Pizjuán) hacen el doble pivote y Nosa, en lugar de colocarse en la mediapunta para dar al menos salida por alto al equipo, se tira a una banda para formar un 4-4-2 asimétrico.

A cambio Mel hizo caso a quienes le pedían no gastar todas las balas al inicio del partido, a los que deseaban ver a Pabón por el centro –sus movimientos horizontales y entre líneas son importantísimos en un equipo en el que casi nadie los hace– y a los que piensan que el mejor lugar para Vadillo es la banda derecha, no la izquierda; probablemente estos dos jugadores fueron el factor determinante del partido, junto a la gran motivación y buen estado de forma que mostraron varios suplentes habituales –el citado Vadillo, Pérez, Álex–, a un arbitraje benévolo –sobre todo de los asistentes– y, todo hay que decirlo, a algún golpe de fortuna.

Los balones largos a Nosa, aunque estuviese tirado a una banda, se antojaban la única posible salida del Betis, y bien lo demostró el equipo en los primeros veinticinco minutos, sobre todo en los saques de puerta. Sin embargo el Granada se encargó de facilitar otras. Los locales plantaban en defensa un 4-1-4-1 con Iriney como mediocentro y Rico y Brahimi como interiores; trataban de presionar, pero los mediocentros del Betis escupían la pelota rápidamente hacia Pabón, Castro o Nosa, con mayor o menor fortuna pero siempre con espacios para estos: muy separadas las líneas de los granadinos, que tiraban la primera línea de presión de cuatro muy arriba pero cuyos defensas no se atrevían a hacer lo mismo con la suya, Iriney tenía que ocupar un latifundio.

El Granada, sin Nyom, reducía las subidas de sus laterales, habitualmente muy peligrosas (y probable causa de que Mel pusiese juntos a Pérez y Cañas, para hacer ayudas), a las de Siqueira, que fueron contadas. Aun así los locales ganaban la línea de fondo con cierta frecuencia, pero el Betis estaba bien tapado por el centro y sus centrales, sobre todo Paulão, llegaban a casi todo; cuando no, el juez de línea y la escasísima calidad en el remate de los Aranda, Brahimi y compañía les hacían el trabajo. Tampoco les daba el Betis ocasión de contraatacar tras robo, porque nunca arriesgaba la posesión en zonas sensibles.

Durante la primera media hora el partido tuvo un ritmo excesivo para la calidad técnica de unos y otros, y había más imprecisiones que fútbol; el terreno, además ayudaba poco. Cuando la presión granadina cedió un poco Vadillo, Pabón y Castro destrozaron en cinco minutos la resistencia local.

El resto del partido fue un perfecto ejemplo de las ventajas de los espacios en el fútbol: el Betis se echó muy atrás, y permitió mil llegadas de los locales, que siempre se encontraban una pierna o su propia falta de calidad en el disparo para arruinarles sus muchas situaciones favorables. Enfrente el Betis llegaba muy poco pero con muchísimo peligro. El intento de Alcaraz de jugársela al 4-4-2 ofensivo tras el descanso sirvió de muy poco (menos aún tras la cantada expulsión de Siqueira). Enfrente Mel hacía recuento de efectivos y premiaba a Ángel.

Jugador por jugador

Adrián: Paró casi todo lo parable, con un aplomo admirable. Dio un recital de colocación, que unida a su altura hace que parezcan fáciles cosas que no lo son.
Chica: O Nolito no es tan buen jamón como se cree o Chica hizo un partidazo: el sanluqueño lo encaró una docena de veces en ventaja y apenas sacó un par de tiritos.
Paulão: Partido enorme, en su mejor línea de la temporada pasada. Le favorece tener pocos metros detrás. Hizo buenas ayudas a Chica.
Mario: Aranda no le hizo pasar muchos apuros.
Álex: Torje lo probó poco, pero en todo caso estuvo activo para el tiempo que llevaba fuera, y manejó bien el balón. En general, bien situado.
Vadillo: Con el único lunar de cierto abandono del seguimiento a Siqueira, demostró por qué se tiene tanta confianza en su futuro. Es muy rápido, tiene muy buena técnica y entiende bien el juego para su edad (levanta la cabeza, que con dieciocho años es mucho). Rompió el partido.
Pérez: Bien en la distribución y dinámico en la presión. Pudo ayudar más a Chica.
Cañas: Algo fallón en el pase, pero bien en el cierre de líneas: el Granada jamás progresó por dentro.
Nosa: Partido muy completo, en un lugar que no es su preferido. Es cierto que cuando llega arriba le falta calidad, pero para el rival es un dolor de cabeza tener delante a un tipo que tapa mucho campo, llega a todas, no para de pedirla (la pasa y se mueve de inmediato, algo que deberían aprender muchos compañeros suyos), la suelta bien, y no se cansa nunca. En el futbito sería un jugador mediocre, pero en un campo de cien metros tiene un futuro importante.
Pabón: Otra pesadilla para los rivales, porque la pide siempre donde duele y tiene calidad, aunque abuse del tiro. Muy inteligente su saque blando a Paulão en el 0-3: cuando la defensa está adelantada y tienes al que va mejor por arriba de los veintidós, es mejor ponerla así.
Castro: El más listo siempre. Metió un golazo (buscó el lado débil del portero), empujó otro y estaba esperando para hacerlo en el tercero.

Perquis: Despejó muchos balones cruzados.
Molina: Se movió bien, aunque ya apenas había partido.
Ángel: Muy poquita cosa, pero mostró una velocidad sorprendente en el gol.

martes, 2 de abril de 2013

Betis 0 - Getafe 0 (29ª jornada de Liga de Primera División)

Betis (0): Adrián; Chica, Paulão, Amaya, Nacho; Pabón, Cañas, Beñat (Nosa, min. 83), Juan Carlos (Vadillo, min. 58); Rubén Castro y Jorge Molina (Campbell, min. 58).
Getafe C.F. (0): Codina; Rafa (Lopo, min. 57), Fede Fernández, Alexis, Escudero (Lacen, min. 76); Pedro León, Borja, Xavi Torres, Diego Castro; Barrada (Lafita, min. 73) y Colunga.
Árbitro: J.A. Teixeira Vitienes (Colegio cántabro). Mostró tarjeta amarilla a Beñat, Cañas, Campbell y Amaya por el Betis, y a Borja y Xavi Torres por el Getafe.
25.000 espectadores en Benito Villamarín. Noche agradable en Sevilla y terreno de juego en perfectas condiciones.


El Betis jugó ayer ante el Getafe un flojo partido, aunque de ritmo alto, del que rescató un punto.

Primera parte
Ambos entrenadores pusieron un 4-4-2 con tendencia, sobre todo en ataque, al 4-2-3-1, porque tanto Jorge Molina como Barrada, éste con más movilidad, venían bastante atrás a pedir el balón. En el Betis Mel decidió que fuera Campbell el titular de los de arriba que se quedara fuera.

Cometió el Betis varios errores que lastraron su trabajo en el primer tiempo:

- Los jugadores estuvieron faltos de chispa, y, aparentemente, sin la tensión debida, como bien mostró la ocasión más clara del Getafe en el primer tiempo, producto de una sucesión de indecisiones.
- En defensa no se aprendió nada de la primera mitad del partido de ida: de nuevo se permitió  al Getafe jugar con comodidad por la banda de Pedro León –al que además los madrileños buscaban obsesivamente, por alto o por bajo–, cuando la incapacidad de la contraria (Escudero jamás subió y Diego Castro ni es demasiado peligroso ni quiere saber nada de la cal) permitía hacer mejores ayudas a Nacho. Además el equipo se quedó a medio camino entre la presión adelantada y el bloque medio: Castro y Molina se emparejaban con los centrales, pero les permitían jugar con demasiados metros.
- En ataque el Betis mostró, una vez más, un juego estático mal trabajado. Los centrales se situaban mal y Cañas demasiado cerca de ellos. Y, como tantas otras veces, los de arriba (muy abierto Pabón, Juan Carlos abierto y autoeliminado, Molina como mediapunta, Rubén demasiado adelantado) carecían de movilidad: ni desmarques de adelante atrás, ni movimientos en horizontal, ni permutas. Así las cosas, sin ningún juego entre líneas, Cañas y Beñat (impreciso además) se las veían y deseaban para encontrar algún pase.

Es comprensible (aunque uno no lo comparta) que Mel no se fiase del rendimiento defensivo de Rubén Castro en la banda derecha, y por ello no pusiese a Pabón de inicio en el sitio donde realmente funciona, el centro del ataque (alguien dirá que si Escudero no apareció en ataque fue precisamente gracias a que lo tapaba Pabón). Lo cierto es que una simple permuta entre ellos, que la debilidad ofensiva del Getafe por la izquierda permitía, parecía una solución que había al menos que intentar; Mel esperó cuarenta y cinco minutos para realizarla.

Segunda parte
El Betis (¿sermón en el descanso?) aprieta mucho más, León, más encimado por Nacho, se va fundiendo, y por fin la movilidad de Pabón aparece por el centro. El Betis empuja, y mucho más cuando al cuarto de hora Vadillo y Campbell ocupan las bandas, a pie cambiado. Aun así, y ya aun sin tanque en el campo, el Betis sigue sin aprovechar la similitud de características de Campbell, Pabón y Castro para darles libertad y permitirles permutar posiciones, algo que complicaría mucho la vida a las defensas rivales.

Con los dos equipos partidos por la mitad, el gol se acerca en ambas porterías (más en la visitante), pero no llega, y cuando (demasiado tarde tal vez) Mel mete a Nosa por Beñat, el Getafe ya se cierra atrás, pide tregua y no pasa nada más.

Jugador por jugador
Adrián: Hay que hacer todo lo posible –en las circunstancias actuales– para retenerlo.
Chica:  Metido, y con empuje, aunque también cómodo porque nadie entraba por allí.
Amaya: En su buena línea de este año. Además salió de cabeza a por muchas.
Paulão: También en su línea de este año, o sea, bien pero algo lento. Anduvo cerca del gol.
Nacho: Tal vez era partido para Álex, porque León es un jugador para encimar. A Nacho le faltó eso, aunque tampoco tuvo mucha ayuda.
Pabón: En la banda le cuesta desbordar, porque es más hábil que rápido. Mejor por dentro, como siempre.
Cañas: Buen partido en defensa, pero impreciso en ataque, incluso en balones fáciles. Es una pena perderlo, pero tampoco se va Matthäus.
Beñat: Como a Cañas, la falta de movimientos por delante le perjudicó, y además los pases verticales no le salieron. Corrió bastante.
Juan Carlos: Aunque estuvo valiente en un par de cabezazos, básicamente estuvo escondido y fue a las claritas: no le pedía la pelota a Nacho ni en largo ni en corto. En suma, ni lo intentó.
Molina: Una cosa es que aparezca de vez en cuando por la mediapunta y otra que quede instalado en una posición para la que sus condiciones no son buenas. Y si se trata de peinarlas, jugar a la misma altura que Rubén es mejor, porque los centrales quedan cerca y con espacios a su espalda.
Castro: Demasiado arriba, demasiado aislado, aun así se fabricó un claro penalti.

Campbell: Fresco lució su brutal potencia, aunque a veces contra tres.
Vadillo: Muy rápido y muy vertical. Realmente tiene condiciones.
Nosa: Bien, aunque apenas tuvo minutos. Un diésel como él tiene que tener más para ser aprovechado. 

El detalle
Sin necesidad de caer en el caparrosismo, sí hay que ser un poco más listos cuando tienes a tu mediocentro tirado en el suelo por un plantillazo infame de un rival con amarilla.