domingo, 26 de febrero de 2017

Betis 1 - Sevilla F.C. 2 (24ª jornada de LaLiga)

BETIS (1): Adán; Piccini, Mandi, Pezzella, Tosca (Jonas, m. 74), Durmisi; Petros (Felipe, m. 88), Rubén Pardo, Dani Ceballos; Rubén Castro y Sanabria (Álex Alegría, m. 74).
SEVILLA F.C. (2): Sergio Rico; Sarabia (Ben Yedder, m. 46), Pareja, Rami, Mercado, Escudero; N'Zonzi, Nasri; Franco Vázquez (Iborra, m. 46), Jovetic (Correa, m. 81) y Vitolo.
1-0, m. 36: Durmisi. 1-1, m. 56: Mercado. 1-2, m.75: Iborra.
Árbitro: Del Cerro Grande (Comité Madrileño). Mostró tarjeta amarilla a Tosca, Piccini, N'Zonzi, Sarabia y Pareja. Dejó jugar mucho y bien, pero casi siempre que falló lo hizo a favor del lado sevillista.
41000 espectadores y muy buen césped en el Benito Villamarín.


Quienes tratan de explicar todo lo que sucede en el fútbol desde conceptos como la intensidad y la calidad tuvieron en el descanso del partido de ayer un buen ejemplo de cómo la disposición táctica de un equipo puede ser clave en el desarrollo del juego. Hasta entonces un muy buen Betis había dominado completamente el partido; un par de sustituciones y un cambio de defensa de tres a defensa de cuatro por Sampaoli dio la vuelta al encuentro y desde entonces el dominio sevillista fue total.

Primera parte
El primer hecho importante del partido sucedió el jueves: la baja de Lenglet dejó a Sampaoli sin central zurdo; pese a ello quiso jugar con defensa de tres, y eso facilitó mucho el trabajo de presión del Betis en el primer tiempo. Si ya antes del partido preveíamos que Rami fuese el hombre al que el Betis dejase tener el balón, su ubicación en la izquierda expuso aún más sus limitaciones y permitió a los béticos apretar en la salida de balón y al tiempo lograr superioridad numérica más atrás. Sanabria y Castro orientaban la salida sevillista hacia Rami mientras Petros y Ceballos cerraban a N'Zonzi y Nasri, que apenas tocó balones en buenas condiciones. Pardo, sin pareja natural, barría la zona de mediapuntas.

El buen dos contra tres defensivo de Castro y Sanabria
obliga a llevar el balón hacia Rami y luego lo presiona.
Instantes previos a la falta del 1-0.

En ataque la dudosa elección de Sarabia como carrilero derecho por parte de Sampaoli fue un regalo para un magnífico Durmisi, que formó con Castro y Ceballos una aquí largamente esperada sociedad ofensiva que destrozó al Sevilla por su flanco derecho. El Betis además la tocaba con cierta paciencia y la posesión se nivelaba, pero se jugaba mucho más en campo sevillista. El Betis –tras muchos derbis, por cierto– lograba su premio cerca del descanso, aunque a costa de un cierto desgaste físico.

Segunda parte hasta el minuto 74
Probablemente más por mover el árbol que por genialidad, Sampaoli y Lillo cambian de jugadores y de sistema: retiran al desquiciado y tarjeteado Sarabia, meten a Iborra por el mudo Vázquez en el centro del campo y pasan a un 4-2-3-1 en el que Mercado era el lateral derecho.

Se las prometía felices con estos cambios quien esto escribe, porque el 5-3-2 del Betis,
muy ensayado, suele funcionar muy bien ante este tipo de sistemas gracias a unas basculaciones laterales que suelen lograr superioridad numérica cerca del balón a costa de dejar libre al carrilero del lado contrario. Naturalmente el gran peligro de ese sistema viene cuando el rival logra cambiar el juego suficientemente rápido para que las basculaciones lleguen tarde, y por ello hay que tratar de bloquear esos cambios de juego.

No lo logró el Betis: muy descolgados arriba Sanabria y Castro junto a Rami y Pareja aunque la jugada los superase, el Betis había perdido el hombre de más en mediocampo y N'Zonzi cambiaba de orientación con comodidad. Las basculaciones llegaban pues tarde, y por cierto desde el inicio de ese segundo tiempo: no era un problema físico, aunque el paso de los minutos minó naturalmente el rendimiento de Ceballos (entre algodones toda la semana) y el resto del equipo.
 
 
Minuto 52. N'Zonzi cambia el juego con toda comodidad
y las basculaciones llegan tarde.
El Sevilla atacaba ya ocho contra ocho.

Los béticos incurrían en un error añadido: cometer demasiadas faltas en su zona de tres cuartos, un grave peligro si el rival (con Rami, Iborra y N'Zonzi en el campo y Nasri de lanzador) es superior por alto. En efecto, así llegaron los goles sevillistas, el primero de ellos en la primera ocasión clara para los visitantes.

Minuto 74 al final
Víctor, aún con 1-1, intenta cambiar la dinámica del partido pasando a un 4-4-2 con rombo con Jonas junto a Pardo en el centro más Petros y Ceballos en los costados. Árbitros y público terminan de clavar el ataúd del equipo bético; los primeros conceden el 1-2 en una jugada en la que hubo fuera de juego, y la grada asiste silente a los tímidos intentos de su equipo de llegar al arco rival: para marcar al final de los partidos hay que intentarlo con fe. El Sevilla da un pasito atrás y el Betis la tiene un poco más pero sin la menor profundidad.

Jugador por jugador
Adán: Sin responsabilidad en los goles; de hecho, en el primero hace una gran parada.
Piccini: Poca aportación.
Mandi: Su error al tirar el fuera de juego en el 1-1 es grave. Un tanto escondido en defensa, sigue interviniendo demasiado poco.
Pezzella: Volvió, y bien que se notó. El mejor atrás.
Tosca: Va mejorando en la salida de balón (tiene una notable velocidad) y siempre está concentrado en defensa.
Durmisi: Primera parte excelente, en la que jugó a placer con Sarabia gracias a su velocidad. Mejor marcado luego por Mercado, cuando el equipo perdió el balón despareció, como todos.
Pardo: Buen partido en general. Movió bien al equipo.
Petros: Muy bien en la presión en la primera parte (anuló a Nasri). Con balón está en retroceso.
Ceballos: Su muy buena primera mitad y su bajón en la segunda explican mucho del partido.
Castro: Su bajada de nivel preocupa cada día más. Como entiende bien el juego combinó bien por la izquierda, pero un jugador de su tipo no puede retroceder metros en el campo –algo muy de veteranos– porque pierde lo suyo, el gol.
Sanabria: Definitivamente su nivel técnico no llega, ni por asomo, al físico, que es muy bueno. Una apuesta muy arriesgada (7,5 millones por medio pase en condiciones leoninas) que tiene pinta de salir mal.

Jonas: No lo hizo mal, pero nunca aporta gran cosa.
Alegría: Apenas intervino.
Gutiérrez: Un cambio difícil de explicar. ¿Para que no se dijera que no los había agotado?

Víctor: La bajada de nivel de los suplentes respecto a los titulares, señal de acierto al hacer las alineaciones, limita mucho su margen de maniobra. Tardó demasiado en reaccionar ente el cambio de sistema de Sampaoli.

El detalle: Una de las mejoras del equipo al llegar Víctor fue la disposición mucho más adelantada del equipo en las acciones defensivas a balón parado. Pues bien, el vicio ha vuelto: cuando saca el rival la defensa está aculada muy dentro del área, error grave y fácil de subsanar.

Los comentarios son siempre bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara7.

miércoles, 22 de febrero de 2017

Betis-Sevilla: una previa táctica

El próximo derbi sevillano se presenta a priori como uno de los mejores y más abiertos de los últimos tiempos: pese a que la excelente temporada del Sevilla está siendo mucho mejor que la mediocre del Betis, los verdiblancos se han convertido en un equipo muy complicado de batir en casa desde que llegó Víctor –apenas recibe goles–, y el Sevilla rinde bien fuera pero no tan aplastantemente como en su estadio.

Estamos además ante dos entrenadores interesantes en lo táctico, así que el juego tendrá mucho atractivo en ese sentido. Dado el estilo de juego de unos y otros es muy probable que el partido tenga similitudes con el reciente Betis-Barcelona; el Sevilla tendrá más balón, pero la presión bética lo obligará a jugarlo mucho entre sus centrales, de modo que buena parte del encuentro semejará una partida de ajedrez en campo sevillista con el balón en pies de sus defensas. Veamos cómo podría desarrollarse esa situación.

En cuanto a esquemas y alineaciones, es más que probable que el Betis repita el 3-1-4-2 habitual en los últimos partidos, y, salvo accidente, en su once hay pocas dudas. Más ofrece el del Sevilla, que puede salir con cuatro atrás o, más probablemente, con defensa de tres centrales.

Lo primero sería hacer un buen favor al Betis, sobre todo si se tratase de un 4-3-3, ante el que tienen los béticos muy bien aprendidos los movimientos tanto en presión alta como en la presión en banda por basculación ante ataque estático que hemos explicado ya varias veces (aquí y aquí).

Más complicada es la situación si el Sevilla juega su 3-4-1-2 habitual. Aunque no es fácil adivinar la alineación de Samapoli, con ese sistema dos alineaciones tácticamente diferentes puede usar el argentino: que juegue Iborra o que no lo haga. En el primer caso una presión alta continua dejaría a la defensa bética expuesta a una peligrosa igualdad numérica, y los pelotazos hacia Iborra podrían provocar un escenario como el del gol del Sevilla-Las Palmas o el del primer tiempo del derbi del 3-3, en el que Negredo bajó mil balones fáciles para Rakitic. A los béticos les convendría pues presionar algo menos alto, invitar al Sevilla a jugar en corto (controlar a Nasri sería suficiente para atascarles el juego), y a cambio de sobreproteger la zona defensiva. Quedarían emparejamientos naturales para el sistema bético:


Pezzella de pareja de Iborra en los saltos, Petros en persecución de Nasri y Ceballos presto a saltar sobre las probables conducciones de Rami para castigar cualquier error parecen buenas opciones.

Si Vázquez (o Ben Yedder o Jovetic, si fuesen el sacrificado virtual de la otra opción) ocupase la plaza de Iborra, el Betis se encajaría de forma similar ante ataques estáticos del Sevilla, pero trataría de saltar a la presión alta (emparejamientos uno contra uno) a la menor ocasión. Para ello no hay muchas variantes posibles: las parejas en las bandas están muy claras y atrás quedaría un probable tres contra tres sobre los muy móviles delanteros y mediapuntas sevillistas (aun a costa de que uno de los centrales hubiese de salir casi al mediocampo, algo bastante menos peligroso en defensas de cinco que en las de cuatro); por tanto para emparejarse hombre a hombre Ceballos habría de saltar a por Rami y Pardo a por N'Zonzi:


Además del peligro de adelantar mucho la defensa, esa presión alta podría desgastar mucho a Petros y Ceballos: el Sevilla suele mover con paciencia y sin miedo el balón, un riesgo cuyos frutos suele recoger al final de los partidos en forma de cansancio del rival. A cambio el Sevilla cometería pérdidas y se vería obligado a jugar en largo muchas más veces de las deseadas.

Por parte bética es probable que los ataques no se alarguen demasiado, como ante el Barcelona, para aprovechar rápidamente tras el robo las posiciones abiertas de los sevillistas. En ataque posicional es probable (por desgracia) que Pardo se coloque, en la salida de balón, de nuevo demasiado cerca de Pezzella, incluso a su altura, lo que facilitará la presión sevillista. Volcarlo un poco a la izquierda y atrasar un poco a Petros (segunda imagen, debajo) haría correr más a Nasri y Vázquez y alejaría a los rivales de Pezzella, algo muy recomendable:


En este segundo caso al Sevilla le sería más complicado hacer una buena presión hombre a hombre y el Betis podría ganar una interesante superioridad en mediocampo si Vázquez o Nasri fuesen a por Pezzella; ahí, pese a su baja forma, la presencia de Álex Alegría sería muy interesante para desactivar esa presión alta gracias a su facilidad para bajar balones largos cuando el rival tiene las líneas separadasalgo que Sanabria,que pivota mal, no hace demasiado bien–.

Los comentarios son siempre bienvenidos. En Twitter, @juanramonlara.

domingo, 19 de febrero de 2017

Granada 4 - Betis 1 (23ª jornada de Liga)

No solemos acudir en este blog a las hormonas masculinas o a la intensidad como explicaciones de las actuaciones de los equipos, pero cuando la actitud de los jugadores roza lo inadmisible, como sucedió el viernes con la de los béticos, no hay explicación táctica que justifique la perpetración de partidos tales como el de Granada. La falta de motivación, evidente en datos como el reparto de faltas (14 contra 2 al descanso), tal vez comenzó con la previa limpieza de tarjetas y correspondiente sanción de Ceballos y Pezzella, pero se repite preocupantemente en los partidos fuera de casa desde que llegó Víctor.

Las lectura positiva de este punto es que, con toda seguridad, la actitud será muy diferente en el próximo derbi. Las negativas, que en el calendario quedan dos partidos más fuera que en el Villamarín, y que fueron dos recién llegados, Pardo y Tosca, los que demostraron un comportamiento más profesional, detalle repetido en épocas aciagas en la historia reciente del club y que habla muy mal del ambiente en la plantilla bética.

Primera parte
Trataremos aun así de analizar mínimamente la estructura táctica de los equipos. Ambos presentaron esquemas de tres centrales, según la moda actual, y se vieron los dos dibujos que Conte (tal vez el mayor inspirador de esta ola de defensas impares) ha jugado recientemente: el Granada se colocaba con un 3-4-3 semejante al del actual Chelsea; el Betis, en su habitual 3-1-4-2, parecido al de Italia en la Eurocopa. Hemos de insistir en que este esquema bético presenta un problema, evidenciado el viernes: Pardo juega demasiado cerca de su defensa central-central, el viernes Donk, y esto hace que prácticamente se pierda un hombre en la construcción: en la salida de balón el riojano formaba las más veces una línea de cuatro atrás con los centrales, de modo que los tres delanteros granadinistas controlaban la salida de esos cuatro con facilidad ninguno de ellos salía nunca en conducción, lo que sí habría dado ventaja–. Los locales obtenían así un hombre de más atrás: quedaban tres centrales ante Castro y Alegría, y parejas claras en mediocampo y carriles.

A mayor abundamiento esa colocación en 1+2 de los mediocampistas béticos puede escupir a los dos interiores a zonas muy abiertas, donde se estorban con los carrileros: así ocurrió con Jonas, escondido en una zona absurda en la izquierda, donde atraía a su par hacia Durmisi:

Passmap de @11tegen11.
Vemos las posiciones medias al jugar el balón.

La colocación de Petros, torpísimo con balón pero siempre inteligente, da la solución: un 2+1 con Petros paralelo (o casi) a Pardo, y Jonas (o Ceballos) centrado en lugar de abierto a un lado espaciaría a los béticos en ataque de modo más racional, complicando la presión rival; de camino, colocaría al utrerano en una situación espléndida para su juego.

El otro error táctico del Betis fue facilitar el único juego posible para el Granada, que, como es habitual en esa franquicia, puso en el campo un equipo multinacional de dotes físicas notables pero escasas en lo técnico y lo táctico. La solución de Alcaraz (muy suya, por demás) es jugar al robo y la contra rápida, donde los espacios den ventaja a la potencia de sus jugadores; si tiene éxito como el viernes, y con la aportación de algún fichaje de calidad como Adrián Ramos, tal vez pueda salvar a un equipo por demás de muy bajo nivel.

Dominó el Betis en los primeros minutos, pero gracias a un modo de juego de intento de posesión y presión tras pérdida que era peligroso ante un rival de este estilo; apenas los béticos fallaron en su ejecución, por las imprecisiones en el control y las descoordinaciones en la presión que provocó su escasa concentración, empezaron a caer ocasiones favorables a los locales, que pillaban a la defensa bética en igualdad numérica (tres contra tres) y además metieron casi todo lo que tiraron: el resultado, justo es decirlo, fue exagerado (xG: 1,63/0,21).

Apenas realizó el Granada en la primera mitad ataques posicionales propiamente dichos, pero conviene anotar que la defensa de cinco del Betis funciona muy bien ante rivales en 4-3-3, gracias al mecanismo de basculación aquí explicado ya, pero no ante rivales que juegan con cinco atrás. El detalle preocupa un tanto ante la visita del eterno rival.

Segunda parte 
El Betis pasa al sistema que aquí pedíamos a principio de temporada (cuando no imaginábamos el retorno de la defensa impar, que parecía entonces prohibida): retira a Donk –casi un jugador menos en el primer tiempo por sus errores de colocación y falta de implicación– y coloca un 4-4-2 defensivo/4-3-3 ofensivo en el que Jonas defiende en banda pero se mete por dentro en ataque para dejar atacar como extremo a Castro; el siempre decepcionante Sanabria es el extremo derecho. El Betis mejora un poco en juego pero casi nada en actitud, cae el cuarto, Nahuel (tremendo lo suyo) se autoexpulsa y el partido acaba, con el Betis en 4-3-2 y el Granada en 5-3-1, entre bostezos, gol del honor y vergüenza de los cerca de mil béticos presentes.

Especialmente lamentable resultó el partido de Álex Alegría, algo preocupante porque para el próximo, en el que probablemente el rival hará presión alta, su presencia sería importante. Poco mejor se puede decir del partido de los Mandi, Durmisi o Petros. Martin y Donk tiraron la camiseta de titular.

Los comentarios son siempre bienvenidos y casi siempre contestados. En Twitter, @juanramonlara7.

sábado, 11 de febrero de 2017

Betis 0 - Valencia C.F. 0 (22ª jornada de LaLiga)

BETIS (0): Adán; Piccini, Pezzella, Mandi, Tosca, Durmisi; Rubén Pardo; Petros (Jonas, m. 72), Ceballos; Álex Alegría (Sanabria, m. 72) y Rubén Castro.
VALENCIA (0): Alves; Montoya, Santos (Abdennour, m. 56),
Mangala, Gayá; Munir, Mario Suárez, Parejo, Nani; Orellana (Cancelo, m. 80) y Santi Mina (Zaza, m. 63).
Árbitro: Trujillo Suárez (Comité Tinerfeño). Mostró tarjeta amarilla a Mandi, Pezzella, Ceballos, Sanabria, Santos, Parejo y Zaza. Perdonó un claro penalti a Pezzella en el primer tiempo.

Unos 30.000 espectadores en el Benito Villamarín. Minuto de silencio por los fallecidos en el estadio de Úige (Angola).

Fue mejor el Betis que el Valencia, pero no lo suficiente para vencer a un frío visitante. Los béticos pagaron un desacierto rematador que recuerda una de las carencias de la plantilla bética: solo Castro tiene gol, y últimamente ni él.

Primer cuarto de hora
El inicio del partido ante el Barça (cuya alineación repitió Víctor) mostró por unos instantes la intención del Betis de jugar un 3-1-4-2 en el que Pardo estaría destinado a ser mediocentro por detrás de Petros y Ceballos. La colocación real de aquel día, debida al emparejamiento de Ceballos con el mediocentro del Barcelona, fue finalmente un 3-4-1-2 que funcionó muy bien. Sin embargo hoy sí decidió usar a Pardo como pivote cerca de los centrales, y esto trajo dos problemas.

El primero fue defensivo. Cuando el Betis trató de  hacer presión alta esta vez su esquema cuadraba muy mal con el 4-4-1-1 (casi 4-4-2) del rival. Los carrileros béticos, ocupados con los abiertos extremos valencianistas (Munir y Nani, uno de los jugadores más sobrevalorados del fútbol mundial), no se atrevían a emparejarse con los laterales rivales, que quedaban libres al estar ocupados Ceballos y Petros con Mario y Parejo, mediocentros muy paralelos:


El Valencia tuvo pues mucha más posesión en el tramo inicial, aunque, bien protegido el Betis por dentro, apenas llegó a puerta.

Minutos 15 al 60
Víctor da instrucciones a Ceballos y corrige ese problema: el utrerano se empareja con Montoya y Piccini se adelanta unos metros (aunque no siempre decididamente), de modo que el Betis pasa a presionar en un 4-4-2 mejor adaptado al esquema rival. No obstante los mecanismos defensivos habituales del equipo –aquí ya descritos tras otros partidos– no funcionaron tan bien como ante equipos en 4-3-3.


A partir de ahí el Betis ganó posesión, desde entonces nivelada, y empujó progresivamente al Valencia.

No obstante el Betis siguió atacando desde su 3-1-4-2, y ahí apareció el segundo problema, que atascó un poco la circulación bética durante todo el partido: la posición de Pardo, como hace dos meses lo era la de Donk. El riojano pide el balón demasiado cerca de los centrales, lo que facilita la presión rival pues el segundo punta puede controlarlo a la vez que a Pezzella. Es curioso ver en su heatmap cómo Pardo busca los dos huecos naturales delante de sus centrales, en los que se aleja de ellos al formar triángulo, respectivamente a la derecha y a la izquierda:

Heatmap de Pardo. El Betis ataca hacia arriba.

Como efecto secundario los muy abiertos Ceballos y Petros empujan demasiado arriba a los carrileros, lejos del alcance de los centrales de flanco en la salida de balón.


Un 3-4-1-2 con Petros paralelo a Pardo, que aprovecha esos espacios naturales ante los tres centrales, sería para el ataque un sistema aún más perfecto que este 3-1-4-2 en el que, por demás, Víctor ha conseguido cuadrar una alineación con los mejores y colocados de la manera más conveniente para cada cual: un central muy central como Pezzella, dos con tipo casi de lateral como Mandi y Tosca, dos laterales muy largos y con problemas defensivos convertidos en carrileros, dos buenos interiores móviles y Castro arriba junto a un tanque.

El Valencia permitó la salida de Tosca (más en largo que en corto o conducción) y usó su superioridad numérica atrás para tratar de controlar los ataques béticos sin hacer un gran desgaste físico, como suele el Valencia en el Villamarín. Llegaron sin embargo ocasiones en ambas porterías, las béticas en su mayoría gracias a la calidad de Ceballos y las llegadas de Durmisi.

Ya bien ajustado defensivamente, a partir del descanso el Betis aprieta en la presión y acumula ocasiones claras pese al buen hacer de Mangala.

Minutos 60 al 90
Los béticos, desgastados, pierden fuelle y el Valencia recupera el balón. Víctor repite el movimiento del día del Barcelona y con el mismo resultado: saca del campo a Petros y solo consigue perder aún más el control del juego. Voro mete por su parte a un activo Cancelo como extremo derecho, tal vez para controlar a Durmisi; Munir pasa entonces a la izquierda y Nani al sitio de Orellana en el centro. El Valencia, conformista, deja pasar los minutos con el balón en sus pies, y el Betis tampoco arriesga demasiado.

Jugador por jugador
Adán: Bien en varias jugadas comprometidas.
Piccini: El puesto es perfecto para sus condiciones. Tiene mucho recorrido con su larga zancada, y ahí cumple en defensa.
Mandi: Buen partido, aunque no muy exigido.
Pezzella: En su línea de regularidad. Buenos cruces.
Tosca: Como el de Mandi, su físico mezcla bien rapidez y firmeza para el puesto. Ser zurdo le favorece, pero debe mejorar en la salida de balón.
Durmisi: Rapidísimo, martirizó una y otra vez a la defensa valencianista. Está en gran forma y cada vez lee mejor el juego.
Pardo: Aunque abusó un poco de los cambios de juego su precisión en el toque dio fluidez. Recupera balones, aunque trajese mala fama en defensa.
Petros: Gran partido. Es uno de esos jugadores cuya ausencia pesa más de lo que aparenta su presencia. Tiene el partido en la cabeza: le da para alterar los nervios del rival sin perder nunca el control y apretar mucho en defensa, siempre haciendo el movimiento correcto para tapar líneas de pase; pero también (esto es importante) para buscar siempre el espacio adecuado en ataque donde pedir el balón, aprovechando, por ejemplo, los huecos que quedan arriba al jugar el equipo con dos delanteros y sin extremos.
Ceballos: Su enorme calidad luce ya todos los días. Perdió fuelle con los minutos; debe regular mejor el desgaste físico.
Alegría: No tuvo su mejor día, tal vez porque el Betis jugó más por bajo.
Castro: Como casi siempre, cuando él no marca nadie más lo hace. Su mala racha (otra vez tuvo varias claras y no acertó) resulta un poco preocupante.

Jonas: Al parecer jugó. Su invisibilidad resalta la presencia de Petros en ataque y defensa.
Sanabria: Como casi siempre amagó más que pegó.

Víctor: Esta vez no leyó bien el esquema rival, aunque corrigió a tiempo. Hace pocos cambios y tardíos, pero por una razón: lo del banco es bastante peor que lo del campo.

El detalle: Las faltas colgadas por el Betis provocaron un curioso baile en torno a la línea del fuera de juego, adecuadamente alejada de su área por los valencianistas.